viernes, 31 de diciembre de 2010

Especial de Fin de Año '1O

Toc, Toc.

El ligero golpe en la puerta de la habitación sacó de sus pensamientos a la joven de cabellos color cobre.

Tenía la vista fija en un libro, pero eso no necesariamente significara que estuviera leyendo.

Intentaba leer, pero simplemente había algo en su cabeza que la dejaba concentrarse: Jacob.

Dejó caer el libro en la mesita que estaba junto al diván y se dirigió a la puerta.

Cuando la abrió estaba allí un vampiro de cabellos iguales al de ella, con una sonrisa torcida en los labios.

A veces era difícil de creer que eran padre e hija. Ambos parecían tener la misma edad, aunque había algo en los ojos de él que hacía que los años se le notaran, aunque claro, un simple humano no sería capaz de adivinarlos, es más, por puro instinto ni se acercarían.

- Alice acaba de llamar – dijo Edward – dice que no vendrá, así que más te vale que te vistas con lo que te escogió si no, te traerá de vuelta y te encerrará en el armario hasta que te pongas algo descente.

La chica abrió mucho los ojos.

- Lo dije textualmente – finalizó él.

Ella rió quedamente al imaginarse a Alice diciendo eso. Si, era muy si estilo.

Edward también rió con la imagen en la mente de Renesmee. Le dio un beso en la frente, pero antes de irse, se giró y en voz baja le dijo:

- Llegará a tiempo Renesmee, confía en él.

Ella suspiró y cerró la puerta.

- Confío en él, pero no confío en los pronósticos del clima.

Había una tormenta tropical en Hawaii. Se había pronosticado que para esas fechas, ya habría dejado a Hawaii en paz, y al aeropuerto volvería a abrir; pero una cosa es lo que esperas y otra lo que obtienes.

La tormenta no se fue, tan sólo disminuyó su fuerza; aunque no lo suficiente para que volvieran a abrir los aeropuertos.

Nessie trató de desechar ese pensamiento, ya que no quería desencajar en la celebración, aun que pensándolo bien, nunca había encajado de verdad en algún lugar.

El ser especial a veces apesta, se dijo ella misma.

Se dirigió al armario y vió un vestido de manga larga pulcramente colgado, debajo de él había unos tacones color rojo, que hacían juego con el vestido.

Sin pensárselo mucho, comenzó a vestirse.

- ¡Nessie! – la saludó alguien desde lejos mientras ella bajaba de su Volvo

Ella volteó y no pudo evitar sonreír.

Seth. La vitalidad y energía que irradiaba aquel chico la contagió y por un momento olvidó la mayoría de sus preocupaciones.

También cabe mencionar que era uno de los amigos licántropos más cercanos a su padre, el único se podría decir.

- Seth ¿Cómo estás? – preguntó ella mientras soltaba su abrazo.

- Muy bien… ehm .. ¿De casualidad no haz visto a Leah? - dijo mientras se rascaba la cabeza- Mamá está fuera de control con todo esto de la cena de Año Nuevo. Al parecer no es fácil cocinar para tantos licántropos.

La expresión preocupada de Seth hizo reír a la joven.

- Dile a Sue que no tiene por qué preocuparse. Nosotros también llevaremos algo.

Él sonrió y se despidió con un “Nos vemos en la noche”.

Vampiros, licántropos y humanos festejando Año Nuevo.

Edward le había comentado algo a Renesmee sobre cómo era la relación entre vampiros y licántropos antes de que ella naciera. Por más que se lo intentaba imaginar, no concebía en su mente esa imagen de enemistad. Siempre habían parecido tan cordiales…

Le alegraba y la hacía sentir especial que fuese ella quien creó ese lazo.

La nieve cubría las aceras como un manto blanco, haciendo que todos los colores resaltaran más y el ambiente se viera más… glamoroso.

Por suerte, la nevada de ese año había sido bastante generosa y había dejado algo más que sólo mechones mugrientos de aguanieve en las aceras.

Caminaba rumbo a la casa de Sam y Emily, ya que se había quedado de ver con Claire para ir a recoger algunos regalos a Port Angels, tomar un café y después llegar a la fiesta de Año Nuevo.

La cabaña se ve tan solitaria, pensó Renesmee al pasar frente a la casa de los Black.

Las cortinas color miel estaban semiabiertas. Ella se atrevió a echar un vistazo.

Renesmee esperó encontrar a Billy sentado en su silla de ruedas frente al televisor, o quizás platicando con Charle en el porche. Pero no había nadie, el lugar estaba intacto e incluso, un poco triste.

Comprendió perfectamente cuando Jacob le dijo que ésa podría ser la última oportunidad de Billy para poder visitar a su hija en Hawaii. Ya era abuelo y él tío.

Era feliz por ambos, y quizás un rato lejos de la fría península de Olympic les sentaría bien. Ella lo soportaría.

Pero contaba con él para Año Nuevo. Desde que tenía memoria siempre había estado allí para ser el primero a quien le diera los buenos deseos y con quien hacía competencias para ver quien se terminaba las 12 uvas primero.

Jacob siempre ganaba.

- ¡Hey! – gritó Emmett mientras pasaba con su Jeep junto a nosotras. Con la música a todo volumen.

Fue a aparcar su Jeep mientras Nessie sacaba algunos regalos de la cajuela.

- ¿Listas para celebrar? – Dijo el vampiro grandulón, con esa sonrisa traviesa mientras le ponía las manos en los hombros a Renesmee.

Ella asintió con desgano.

- ¡Oh vamos Nessie! – dijo mientras la sacudía ligeramente – te la pasarás genial. Te lo aseguro.

- Emm – lo llamó aquella voluptuosa vampira rubia que estaba parada en el umbral de la puerta.

Sé despidió con un guiño y entró a el salón que habían rentado, cerca de Port Angels.

Los Cullens hicieron una buena jugada al suponer que los licántropos no estarían a gusto en la mansión, así que buscaron un lugar más …cómodo para ambas partes.

Llega. Llega. Llega. Llega. Renesmee no podía pensar en otra cosa.

Eran las 11:30 p.my todos parecían estársela pasando my bien, festejando un nuevo comienzo.

Ella sabía que llegaría. Tenía que llegar. Ése sería el primer Año Nuevo que celebrarían juntos, como … pareja.

Las doce campanadas le dolieron a Renesmee como doce cuchilladas.

Después de brindar con su sonrisa falsa y la preocupada mirada de sus padres, salió al blanco jardín, en busca de que el aire frío le ofreciera un poco de consuelo.

Dejó en el pasto la copa donde estaban las uvas; todos y cada uno de sus deseos había sido Jacob.

Sabía bien que él no tenía la culpa de no haber llegado pero no podía dejar de sentirse… herida.

Sin pensarlo suspiró y escuchó un ruido detrás de ella.

Inmediatamente todo su cuerpo se tensó, pero no de miedo- ya que había bastantes vampiros y licántropos para protegerla- si no de curiosidad.

Avanzó un par de pasos hacia esa dirección, con los tacones hundiéndose en la nieve poco profunda.

- Feliz Año Nuevo, Nessie – dijo una voz.

Todo el aire se le escapó de los pulmones; tan sólo le qudó algo para exclamar su nombre.

- ¡Jacob!

Él le extendió los brazos y ella se lazó a su cálido pecho, mientras sentía como algunas lágrimas descontroladas se escapaban de sus ojos.

No hubo necesidad de decir nada.

En un beso, ambos supieron todo lo que no se habían podido decir.

Ella se apartó un poco de él y con una sonrisa pícara le tomó la mano y caminaron hacia el bosque, para festejar el Año Nuevo…


-------*

Espero que les guste, no estoy muy de humor para escribir :/

Tuve un sueño que me sacó mucho de onda.

Aún así espero que le disfruten y que este día se la pasen muy bien (:

www.cantando-enla-lluvia.blogspot.com

El blog de una amiga (: (Seeh Alee, la pervertida con la que escribo/escribia "Me rindo ante tu pistola")

En los cuentos de hadas siempre hay un final, pero en la vida real, un final sólo significa un nuevo comienzo. (:

domingo, 19 de diciembre de 2010

L’Messagerie. Cap. 83

Ethan’s POV

Müller. Esa sanguijuela lo había dicho.
Me costaba creerle, pero sabía que no se me podía escapar esta invaluable oportunidad de encontrarla.
Katherine también dijo su apellido, aunque de soltera, seguía siendo su apellido. Confiaba en que los pocos Müller que existían siguieran siendo humanos, lo cual sólo me dejaba una posibilidad…
¿Cómo sabes que sigue viva?. Esa molesta vocecilla.
No, no estaba seguro de que estuviera viva, había perdido tanta sangre... Pero esa exprecion era incorrecta; ella no la había perdido, yo se la había succionado, como el monstruo que soy.
Su expresión esperanzada aún estaba impresa en mi mente; la cual rápidamente le dio paso al terror cuando vió en lo que me habían transformado. Eso nunca debió de pasar, nunca. Soy un monstruo y no merezco tener sus cálidos recuerdos.
Intenté desterrarlos de mi mente, pero estos volvieron con más fuerza al escuchar los rítmicos latidos de Renesmee, en la habitación contigua.
Dios, ¡se parecen tanto!. Debo de admitir que hace algunas horas –cuando estaba apunto de besar sus rosados labios- casi digo SU nombre.
Golpeé con frustración la barra de mármol de la cocina y un hoyo con la forma de mi puño se quedó grabada en él.
No me gusta esto de utilizar a Renesmee, pero han pasado más de cincuenta años y yo sigo en este remordimiento comiéndome de dentro hacia fuera.
La tengo que encontrar. Presiento que estoy cerca.
- Julie – dije en voz baja mientras cerraba con fuerza los ojos.


Renesmee’s POV

Abrí perezosamente los ojos y por la ventana de la habitación ví que amanecer apenas estaba despuntando. Observé en silencio cómo la oscuridad le daba paso a un bochornoso rosado con nubes esponjosas, para después ir cambiando de tono hasta llegar a un sereno azul; decorado por algunas nubes solitarias.
El sonido de un golpe y algo resquebrajándose me distrajo. Venía de la cocina. Salté de la cama –la cual rechinó un poco - sin pensarlo y encontré a Ethan forcejeando un poco con la barra de mármol de la cocina.
- Un accidente – dijo mientras sonreía como un pequeño niño inocente.
No pude hacer más que sonreírle de vuelta.
- Me voy a dar un baño – avisé y antes de que me pudiera dar la media vuelta, él estaba junto a mí, y con una sonrisa cómplice dijo:
- Yo también – comenzó a caminar hacia el baño.
Mi mente había entrado en estado de shock. Cualquier cosa coherente que intentaba pensar se desmoronaba por las palabras de Ethan.
- E-ethan .. em… - comencé a decir pero él me interrumpió.
- Yo en el otro baño. Sólo vine por algunas toallas, muñeca. – dijo mientras agitaba un par de toallas blancas frente a mi rostro.
Sentí cómo la sangre subía a mis mejillas… y me sentí terriblemente estúpida.
Mis hormonas me habían traicionado y me habían hecho olvidar que había dos baños en aquella cabaña.
Inhalé y exhalé un par de veces mientras pensaba en Jacob; para tratar de calmarme.
A pesar de lo que acababa de pasar, no había sentido esa corriente fría –pero placentera-, ni había perdido el control por Ethan. Simplemente me tomó por sorpresa sus palabras.
Lo consideré como algo positivo.
Noté que aún traía puesta la playera de Jake. Me arrebujé en ella y cerré los ojos, mientras dejaba que el aroma de Jacob me embriagara y me dejara recordar tiempos más tranquilos, más felices.
El baño me relajó por suerte; y aunque en mi mente aún estaba la constante preocupación por Jacob, desapareció lo demás.
Cuando salí de la habitación me encontré sola en la cabaña. Busqué a Ethan en cada una de las habitaciones pero no pude encontrarlo.
Comencé a temer lo peor.
Con la adrenalina fluyéndome por las venas salí de la cabaña y me interné en el bosque. Sí, fue una decisión bastante estúpida pero en ese momento parecía actuar por puro impulso.
Através de los árboles pude ver una tenue luz que veía desde lejos; que se colaba entre las copas de los pinos.
Avancé unos 100 metros y me encontré con un pequeño claro, bastante irregular y un poco descuidado, pero eso mismo era lo que le daba su encanto.
Era increíble ver como algunas flores silvestres habían logrado crecer entre la ruda maleza del bosque; como símbolo de triunfo ante la adversidad.
Antes creía que las flores más hermosas eran los Lirios Acuáticos, debido a su capacidad de poder vivir en un lugar tan exótico. Pero en ese instante me dí cuenta de que la flor más maravillosa no era la más colorida, la más delicada o la más exótica, si no esa pequeña flor de la que nadie se interesa pero sin embargo, ella es capaz de sobrevivir por sí misma.
Es esa flor que está en un lugar tan común que muchas veces pasa por desapercibida.
Es aquella flor que no pide ni agua ni cuidados, recibe lo que le toca sin quejas y aún así es capaz de crecer bella y fuerte…
Sentí una suave presión en mi hombro y no pude evitar soltar un grito ahogado y voltearme.
Mis sentidos se agudizaron inmediatamente, listos para el ataque; cosa que no sucedía cuando vivía en Forks, allí casi siempre todo eran tan tranquilo…
Al voltear me encontré con un Ethan con la confusión escrita en el rostro; era él quien me había puesto la mano en el hombro.
- Lo siento, Ethan – dije, mientras mis sentidos volvían a la normalidad.
- El que debería pedir disculpas soy yo – dijo, con un rostro impasible.
- Oh … no te preocupes. Ya venía un poco nerviosa y como estaba absorta en mis pensamientos no noté…
Soltó una leve carcajada que me interrumpió.
- No es por eso – dijo, aún con la sonrisa en el rostro – es por lo de… anoche.
- Oh … -fue lo único que atiné a decir, mientras los recuerdos llegaban a mi mente.
- Si… Renesmee, sé que me sobrepasé y en cierta manera… me aproveché de ti – dijo – sé que no tienes la culpa de tu parecido con … - arqueó las cejas – pero tengo que decírtelo. De una vez por todas para acabar con esto. – Se acercó a mí – Me gustas ¿Lo entiendes? Y no sólo físicamente; me gusta cada aspecto de ti, desde cómo frunces los labios cuando estás disgustada hasta cómo defiendes fielmente tus pensamientos.
- Ethan yo no … - comencé a decir, pero él me puso el dedo índice en los labios.
- Déjame terminar, muñeca. Sé que no me amas a mí; que prefieres a Jacob. Pero ¿sabes qué? Está bien. En serio. Hice mi intento y sé que no funcionó lo nuestro. Confío en que algún día encontraré a alguien más. Pero por lo mientras quiero que seas feliz. Me conformo con eso.
- ¡Oh Ethan! – dije mientras me lanzaba a sus brazos.
La sinceridad de sus palabras me había desarmado.
- Sobreviviré muñeca – dijo para después darme un beso en la frente – Soy de piedra.
Esbozó una sonrisa valiente.

El recorrido en el auto fue mucho más … ligero.
Todas las cosas que el necesitaba decir y no necesitaba escuchar ya habían sido dichas y el ambiente se había aligerado notablemente.
Ethan iba cantando una canción de los años 50’s en francés que había encontrado en el radio, mientras yo miraba el follaje pasando a velocidad junto a nosotros, mientras le daba vuelta entre mis dedos a la tarjeta donde estaba escrita en esa limpia caligrafía la dirección 138 Avenue de la République.
Ethan decía saber donde estaba.
Entramos a las afueras de la cuidad de París y lo único que podía decir es: que era encantador.
Todas las casitas de colores pastel estaban unas juntas a las otras. Tan lindas como en una cuento de hadas. Mientras algunas macetas con flores coloridas adornaban las entradas.
Por suerte, mientras íbamos en el coche, se nubló lo bastante como para que Ethan pudiera caminar en público.
Él estacionó nuestro lujoso auto –rentado, pero después de tanto tiempo sin dar un reporte a la agencia de renta ya lo considerábamos como nuestro – en una avenida principal.
Mientras caminábamos en dirección al Este, me atreví a mirar dentro de los jardines frontales de aquellas casas.
Estaban infestadas de signos de vida: Un triciclo en la entrada, los guantes de jardinería tirados en la entrada y las ventanas abiertas con las suaves cortinas ondeándose con el ligero viento.
En cierta manera, me recordó a mi hogar. No a la mansión Cullen, porque a pesar de que pasé gran parte de mi infancia allí, era tan espaciosa y tan blanca que en realidad nunca la puse considerar mi verdadero hogar.
Mi verdadero hogar era la pequeña cabaña. Con sus muebles de diferentes estilos y su techo de dos aguas, me hacían sentir segura; como si aún fuera pequeña y que con un beso en la frente de mi padre, un juego con Jacob o un cuento de mi madre todo mejoraba.
Se me estrujó el corazón al tan solo recordar cuanto los extrañaba. Pero enseguida me obligué a pensar que me mantenía alejada sólo por su propio bien. Ellos no tenía nada que ver en esto, no iba a involucrarlos sin razón.
- Casi llegamos Renesmee, es doblando la esquina – Dijo Ethan, al notarme un poco decaída.
Le respondí con una sonrisa forzada.
Doblamos la esquina y nos encontramos con una pintoresca cafetería.
L’Messagerie se leía en la mampara de la entrada.
El especial de hoy era sopa de Acelgas y papa.
Entramos y una mesera de cabello rubio y corto nos recibió.
- Bonjour , ¿je vous offre une table?
- Merci – dije mientras esbozaba una amable sonrisa.
Ethan me vió asombrado mientras caminábamos tras la mesera.
- Cuando vives con personas que han tenido más de un siglo para estudiar, tienes que ponerte a su nivel – dije mientras le sonreía cómplicemente.
Nos llevó hasta un compartimento de dos asientos; junto a una ventana.
- quelque chose à boire? –preguntó.
- Deux limonade – contestó Ethan.
La mesera se marchó.
- Bien, definitivamente no era el lugar que esperaba encontrar – dije.
- Tranquila, quizás la mesera sepa algo. – dijo mientras su sonrisa se volvía arrogante
Podía apostar todo lo que tenía a que adivinaba qué planeaba hacer.
El punto era: ¿Funcionaría?
La mesera regresó con los dos vasos de limonada. Los dejó sobre la mesa y justo cuando se volteaba para regresar Ethan dijo:
- Disculpa … ¿no te dolió?
Ella se volteó con un signo de interrogación en la frente.
- ¿Lo siento? – su acento francés era marcado.
- Sí, ¿no te dolió la caída? – si no hubiera conocido a Ethan, la inocencia de sus ojos si me hubiera atrapado – Digo es que no se ven tan a menudo bellezas como tú así que supongo que debes de ser un ángel – finalizó con una sonrisa pícara.
La mesera rió tímidamente mientras las mejillas se le ponían coloradas.
- Es usted muy amable –contestó ella.
- Sólo digo la verdad – Ethan le guiñó el ojo- Y… abusando de tu confianza – ella se acercó a la mesa- estamos aquí de paseo y nos comentaron que en esta calle había una romántica heladería, ¿es eso cierto?.
La expresión de aquella chica cambió, y algo nubló el brillo de sus ojos, mientras me volteaba a a ver.
- Oh no, no te preocupes – dije mientras alzaba ambas manos – soy su … prima.
Ella casi suspiró de alivio. Y volvió a centrar su atención en Ethan.
- Por que si sigue existiendo esa heladería – dijo él – quizás cuando termine tu turno pueda invitarte uno – sonrisa destellante.
Más rubor.
- Todo sigue como estaba hace cincuenta años –le respondió a Ethan, excluyéndome a mí de la conversación- excepto este lugar. Antes era una oficina de correos. De allí el nombre de esta cafetería. Pero conozco varios lugares que no te puedes perder – dijo mientras le sonreía coquetamente.
Tanto filtreo me estaba poniendo incómoda. Metí mi mano a la bolsa de mi suéter y noté algo frío y liso. Lo saqué y me dí cuenta que era la piedra de río que venía en la caja negra.
Una idea centelleó en mi mente.
- Disculpa – dije, ella me volteó a ver un poco molesta de que hubiera interrumpido su conversación con Ethan, él se río por lo bajo - ¿Hay un río cerca de aquí?
- Sí, bajando dos calles y una hacia el sur. – dijo desinteresada y volvió con Ethan.
Perfecto.
- Ethan, tenemos que irnos – dije mientras sacaba dinero de mi bolso y lo ponía sobre la mesa – tenemos que ver… eso que te dije.
Él lo captó al vuelo.
- Amour, nos tenemos que ir. Pero ha sido un placer conocerte – a continuación se levantó del asiento y besó su mano.
Ella le entregó “discretamente” un papel.
- Quien te viera Ethan. Todo un rompecorazones.
Solté una risilla.
- Tengo mi encanto muñeca, tengo mi encanto – dijo mientras sonreía autosuficiente – y ahora bien, dime, ¿Qué se te ocurrió? Allá adentro tenías cara de haber descubierto el porqué de la existencia humana.
- L’Messagerie, Hermes, el mensajero de los Dioses, ese lugar antes era una oficina de correos ¿No lo vez? La siguiente pista debe de estar cerca del río –dije mientras alzaba la piedra – en un buzón de correo o algo así.
El corazón me latía tan rápido mientras caminábamos –casi corríamos – en dirección al río.
- Y pensaba que yo era el inteligente – dijo Ethan con un suspiro.
Me reí de él.
El sonido del agua corriendo llegó a mis oídos y mi corazón comenzó a latir más fuerte...

-------*

Un poco tarde pero aquí está (:
Si el francés está mal es culpa del traductor de Google XD

Pregunta: ¿Crees qe el que Ethan diga "muñeca" lo hace parecer naco?
Lo escribí por que es un modo de reflejar esa encantadora arrogancia que Ethan casi siempre trae consigo (: ¿An leido HushHush? Si la respuesta es sí, Ese comportamiento es como un leve reflejo de la personalidad de Patch ;)

Grx! (:

jueves, 9 de diciembre de 2010

El mensajero de los Dioses. Cap.82

Era sencilla, sin decorativos ni nada parecido, sólo una nota en la tapa.
Podía jurar que esa nota tenía mi nombre. Avancé un par de pasos para tomarla, pero el brazo de Ethan me detuvo.
Lo miré al rostro pero el estaba viendo más allá de los secos arbustos.
Él dio dos pasos al frente y en menos de un latido, un borrón blanco saltó desde los arbustos más alejados y tumbó a Ethan.
Con un gruñido sordo, un vampiro esquelético con mechones color rubio cenizo tenía a Ethan atrapado por la garganta; agazapado sobre él.
Una oleada de pánico me invadió en cuanto ese vampiros posó sus chupados ojos sobre mí; sentía que me traspasaron, como si yo no fuera más que una sombra.
No estuve segura de cuanto tiempo pasó para que aquel vampiro quitara sus mirada sobre mí, pero a mí me parecieron años. Esa no era un simple mirada, no, era una mirada hambrienta; dispuesta a acabar conmigo, hasta chupar la última gota de mi sangre.
Un murmullo apareció en mi oídos, pero todo se escuchaba tan distante…
La adrenalina comenzó a fluir por mis venas en cuanto el esquelético vampiro rápidamente se quitó sobre Ethan – quien estaba forcejeando- y dio un paso hacia mí.
Corre Nessie. La voz de Ethan sonó tan nítida en mi cabeza que por un momento me espantó; pero después comprendí que no era más que ese murmullo que antes había escuchado, que ahora se había aclarado.
Volteé a ver a Ethan y en sus ojos ví la silenciosa súplica de que le hiciera caso.
Me giré y comencé a correr lo más rápido que pude. Cuando ya había avanzado alrededor de 500 metros me volteé a mirar a Ethan, quien ya tenía apresado entre sus mandíbulas el cuello de aquel vampiro.
No veas, me dije a mí misma y comencé a correr de nuevo.
La noche acababa de caer y me sentía un poco desorientada. No por que estuviera perdida, no; si no por que no sabía que hacer: si quedarme allí o regresar a buscar a Ethan…
… Ninguna de las dos sonaba demasiado tentadora ya que si me quedaba allí, estaba totalmente desprotegida y nadie ni nada me garantizaba que aquella loca que tenía a Jacob estuviera por allí. Y sabía, por la forma de que aquel vampiro había atacado de repente, que tenía algunas décadas de práctica, y sabía bien que Ethan pudiera no haber salido bien librado de esa batalla… si es que había salido.
Aún así sabía que no me podía quedar allí sentada esperando que alguien viniera por mí.
No había avanzado ni cien metros cuando Ethan apareció al doblar una esquina. Noté que su rostro se relajó instantáneamente al verme, pero no pude ignorar ese brillo sombrío que había en sus ojos.
- Espías. – dijo mientras me tomaba del brazo y me dirijía de vuelta al estacionamiento.
- ¿Espías? – dije incrédulamente – esto ya parece una película.
Doblamos la esquina.
- Tu vida ha sido como una película, muñeca – dijo mientras me lanzaba una mirada y una sonrisa levemente arrogantes. – Bueno, no era un espía precisamente. Tenía la orden de que acabara conmigo. Cortesía de Katherine.
Katherine. El nombre me pareció tremendamente familiar, como si hubiera estado almacenado todo este tiempo en mi cabeza; sólo esperando algo para volver a mis pensamiento conciente.
- La loca de cabello de cabello negro – dijo Ethan mientras me miraba; midiendo mi reacción.
Giré mi rostro y me encontré con sus ojos.
Caminaba sin problema mientras me veía, mientras yo daba tropezones a cada momento. Normalmente podría haber tenido la misma habilidad que Ethan, pero había algo en su mirada, un secreto encerrado que no podía descifrar.
Por primera vez pensé en Ethan como un complejo rompecabezas, al cual le faltan algunas piezas para completarlo y descubrir el resultado final.
Justo cuando iba apronunciar un enunciado, Ethan hizo sonar la alarma de auto, avisando que ya estaba abierto.
Soltó su férreo apretón alrededor de mi brazo y se dirigió a la puerta del piloto.
- Esto parece ser para ti – dijo sombrío mientras me lanzaba algo pequeño y oscuro por encima del techo del auto y se metía en el asiento del conductor.
Lo atrapé por instinto y en cuanto escuché el portazo de Ethan, bajé la mirada: la cajita negra que estaba al final del laberinto de setos.
Casi me había olvidado de él.
Casi en estado automático abrí la puerta del copiloto y me metí al coche. Con un ligero ronroneo salimos de allí.
Pasábamos con velocidad junto a los árboles y setos mientras la luna de París nos iluminaba tenuemente.
La caja no parecía muy grande, quizás sólo mi puño cabría allí. Una parte de mi cerebro trataba de adivinar que había dentro, pero la otra parte estaba muy asustada con todas las posibles opciones.
La balanceé en mis manos, midiendo su peso aproximado. Era bastante pesada para ser algo tan pequeño…
- ¿No la vas a abrir? – preguntó Ethan mientras se internaba en un camino rural.
Asentí con la cabeza. Inhalé profundamente y quité la tapa…
… Un rectángulo color caqui estaba suavemente apoyado contra un fondo de tela blanca.
Sólo tenía una palabra escrita: Renesmee; con esa fina caligrafía hecha con tinta negra que la caracterizaba.
Saqué el papel y lo puse en el tablero de auto. Con cuidado tomé aquella tela de color blanco y la jalé delicadamente.
Ante mis ojos se desdobló una playera blanca… con el fuerte y adictivo aroma de Jacob impregnada en cada fibra.
Sentí cómo el corazón se retorcía dentro de mí hasta hacerse un nudo. Traté de aparentar calma –cosa que no sirvió ya que Ethan me lanzó una mirada preocupada- y la giré.
Había un extraño patrón en ella, parecía haberse hecho al azar pero había ciertos lugares en que las líneas se curveaban igual o bajaban en el mismo ángulo.
- Hay algo más escrito – me avisó Ethan mientras me tendía la tarjeta con mi nombre. No me fijé que la había tomado.
Dejé la playera en mi regazo para tomar la tarjeta. Y si, había algo más escrito en la parte de atrás con esa tinta negra.
- ¿Has estudiado la mythologie grecque?. 138 Avenue de la République – leí en voz alta - Lo último parece ser una dirección.
- A las afueras de París – dijo Ethan – debo recordarte que conozco a Francia como a la palma de mi mano.
Dobló la esquina.
- Lo sé – dije suspirando – Aveces lo olvido… Olvido que haz vivido alrededor de ochenta años. Es que aveces pareces tan … tan ajeno a tu época. Como si los cincuentas fueran sólo cuentos para ti y hubieras nacido cuando las computadoras y el teléfono vía satélite ya existían… No pareces añorar nada del siglo pasado. – a diferencia de mis padres.
- No tengo nada que añorar.- dijo mientras devolvía la vista al camino. Presentí que era mentira – No puedo vivir el pasado mientras el mundo alrededor de mí sigue avanzando. No puedo permitir que me deje atrás.
Me dio una palmadita en la pierna.
- ¿Alguna vez has visto a un oublié, Renesmee?
- Un .. ¿qué ? – respondí.
- Oublié, olvidado en Francés. – negué con la cabeza- Son vampiros que se dejan Renesmee. Se olvidan de sí mismos. Se sumergen en su mundo, en su época y jamás logran salir. Nunca llegan a comprender el nuevo mundo que se extiende ante ellos. El mundo exterior avanzó sin ellos, y ellos no se preocuparon en avanzar con él. La mayoría son vampiros uraños, y fáciles de engañar. Ninguno sabe cómo conducir un automóvil, tampoco cómo usar una computadora o un teléfono celular.
- ¿Tú cómo los conoces? – pregunté, verdaderamente curiosa. Nunca había escuchada nada acerca del tema.
- Cuando me reclutaron los Voulturi, mientras estaba en adiestramiento, fui asistente del grupo de vampiros que se encargaban de acabar con ellos.
Sentí como palidecía. Si de por si ya les sería vivir en un mundo ajeno, mucho más lo sería si tuvieran que huir constantemente de otros vampiros más avanzados que quieren eliminarlos por el simple hecho de que se les fue el tren de los tiempos.
- Son un peligro para nuestro secreto, Nessie. – dijo al notar mi expresión – no siguen ninguna regla, es más, muchos ni las conocen.
- No por ese simple hecho está bien matar a otros – dije mientras miraba hacia la ventanilla y recordaba aquella injusta matanza de semi-vampiros en el castillo Voulturi.
Suspiró y ambos comprendimos que el tema estaba cerrado.
Ethan pasó un tope u algo sonó dentro de la caja, como si hubiera piezas sueltas dentro de ella.
Metí la mano y saqué dos piedras de río. Ambos nos miramos extrañados.
- Está loca – dijo Ethan mientras sonreía y se encogía de hombros. Como si fuera la explicación más obvia… cosa en la cual quizás tenía razón.
Aparcamos cerca de la cabaña. No había notado lo cansada que estaba hasta que ví la mullida cama. Refunfuñé para mis adentros mientras me sentaba en la mesa del desayunador. No quería irme a dormir sin antes encontrar la siguiente pista.
“la mythologie grecque”, repetí en mi cabeza.
Me paré y fui directo a el librero y lo único que encontré: “Mitología griega para niños”
No.Puede.Ser
¡¿Cómo ponen libros para niños en una cabaña para recién casados!? Entiendo que algunos hombres sigan siendo como niños, pero no por eso van a poner toda una sección infantil en los libreros.
Suspiré un tanto frustrada y volví a sentarme en el desayunador mientras Ethan tomaba la silla frente a mí.
Comencé a examinar la playera, mientras posible soluciones se iban formando en mi mente.
¿Había algún dios de la pintura? Quizás de las artes… pero eso no era arte… bueno el arte es siempre bastante subjetivo. Esa parte de allí.. parecen como un par de alas. Un… ¿zapato?.
- ¿Hermes? – dijo Ethan sacándome de mis pensamientos.
Tenía el libro abierto en una mano y me miraba fijamente diría incluso que … intensamente.
No entendí que había estado pensando en voz alta hasta que él me pasó el libro y giró un poco la playera para tener un mejor ángulo.
En el libro había una ilustración de un bello hombre con un par de sandalias aladas.
Bajé la mirada y ví que él ya estaba marcando la playera con un plumón. Lo observé en silencio.
Cuando terminó me miró mientras me sonreía con ese dejo de arrogancia.
Observé la figura que había marcado y si, efectivamente una sandalia alada estaba escondida entre todas esas líneas de pintura.
Le sonreí y tomé de nuevo el libro. Leí en voz alta:
“Hermes. También llamado el mensajero de los dioses. Espía nocturno, guardián de las puertas, que muy pronto habría de hacer alarde de gloriosas hazañas ante los inmortales dioses”
- Supongo que lo principal es “Mensajero de los Dioses” ¿cierto? – dije.
- Eso creo – dijo él, poco interesado.
- ¿Es muy tarde para ir a la dirección anotada? – pregunté. Sabía que no me iba a dejar ir sola.
- Son las 3 a.m, Nessie. Probablemente todos los humanos de ese pueblito están durmiendo en este momento. – Busqué las llaves del auto con la mirada. Estaban en la mesa de la sala – Probablemente tardarías más en llegar a las llaves que yo en detenerte.
Enarqué una ceja y sin pensarlo me levanté de la silla y me lancé hacia la salita.
Como un borrón pálido Ethan me alcanzó y me tomó por la cintura, sacándome accidentalmente el aire. Me alejó de allí y me tumbó en la cama matrimonial. Por suerte ya había recuperado la respiración.
Me quedé allí tendida y él se inclinó sobre mí, sosteniéndose con sus dos manos, las cuales apoyó a los lados de mi cabeza; atrapándome con su cuerpo.
- Te lo dije – dijo muy cerca de mí mientras sonreía.
Su aliento rozó mi rostro y sentí esa loca necesidad de besarlo; de besar a alguien. No sabía si era el sueño, el estar lejos de Jacob o que mi cuerpo –y mis hormonas- se estaban saliendo de control.
Un corriente fría pero placentera me recorrió cuando puse mi mano en su mejilla y lo acerqué a mi rostro.
Sus labios en forma de corazón estaban peligrosamente cerca de los míos.
Cerré mis ojos y dejé que su aliento me embriagara.
¡No lo hagas! Gritaba algo dentro de mí. Pero esa necesidad, de sentir las manos de alguien acariciarme callaba a esa molesta voz.
Los labios de Ethan rozaron los míos, sin llegar a besarnos, pero ese ligero contacto hizo que cada terminal nerviosa de mi cuerpo cobrara vida.
Renesmee. Escuché la voz de Jake en mi cabeza y abrí los ojos de repente.
No, no, no ¿Qué estaba haciendo?.
- Ethan, n-no puedo – dije mientras intentaba pararme, aún un poco confundida y mareada.
El asintió mientras miraba al suelo.
- Lo siento – fué todo lo que atiné a decir mientras salía corriendo al baño.
Abrí el grifo de agua fría y me mojé el rostro, mientras las lágrimas tibias se confindían con el agua de la llave.
¿Qué estuve apunto de hacer? ¿Acaso no amaba a Jacob? La respuesta seguía siendo obvia para mí…. Entonces, ¿por qué lo hice?.
Me sorprendió que Ethan siguiera haciéndome hervir la sangre de ese modo; pensé que lo había superado. También me pregunté como era que él aún no me odiaba a muerte. Lo había rechazada una y otra vez, no sin antes darles falsas esperanzas…
…No quería pensar más. Sólo quería dormir y olvidarme de todo.
Llegué al cuarto matrimonial y él ya se había ido.
Una ola de culpabilidad casi me hunde. Me metí a la cama y me tapé hasta la cabeza; me sumergí en una burbuja segura.
Y fue allí cuando me abandoné al olvido que solo te da el sueño…


-----------


Yep Yep (:
En lo PERSONAL, me gusto mucho el cap. (: eso sin mencionar que fue bastante largo :DD
Grx x aguantarme (:
ÉL me distrae <3> (:

OH SE ME OLVIDABA ALGO! (:

Entren a este link ---> LIPDUB UPAEP
Es un proyecto que se hizo en mi escuela, para romper uun record mundial (:
Podian participar todos los qe estudiaran alli y yo por PENDEJAZA no fui ¬¬
Pero bueno, véanlo PORFA (: les prometo de esta GENIAL!! (:
Y si ... allí estudio (:

Y si tienen tiempo pásense x este blog (: --> Luz en la Sombra

Por cierto... ya vieron THE WALKING DEAD!? yoo AMO esa seriee! (:
P.D: GRX X ODIARME (: (Esto no es para todas! sólo para las qe se proyectan CAÑON en sus comentarios.. a las demás las AMO)

lunes, 6 de diciembre de 2010

):

Trabajos, Tareas, amores, amigos, familia, compras navideñas ._. , ultimas semanas del semestre, trabajo finales, exámenes, ensayos, hacer un disfraz de regalo, vlog, no encuentro mis lentes u.u , lap (: ,análisis de cap 16 Eric H. , el Yunke, Mi tio, Partays, Sam ¬¬ ... y MÁS.

El Miércoles o Jueves subo nuevo cap. ES SEGURO.

(:

Grx x aguantarme (:


- Marii.Trelles

domingo, 14 de noviembre de 2010

Team Jacob. Cap. 81

Sentía haber dormido durante una eternidad.
Aún quedaban en mí algunos resquicios de aquel sopor, el cual parecía borrar todo rastro de dolor y cansancio.
No quería despertar, quizás todo dolería menos así.
Decidí ocupar esos momentos de “tranquilidad” dentro de mi mente para poder pensar un poco en las cosas, ya que sabía que al despertar todo volvería al caos.
No estaba enojada con Ethan, no tenía verdaderos motivos. ¿Qué si él había hecho que aquella estúpida pelinegra huyera? Si, pero probablemente igual hubiera huído con o sin la presencia de Ethan; la única diferencia era que al menos yo no había salido lastimada… físicamente hablando.
Estaba decidida a no darme por vencida. Jacob querría que no me diera por vencida. Un punto de dolor apareción en burbuja de sopor, con la amenaza de romperla, pero la ignoré.
Quería a Ethan, y estaba consciente de que él actuaba por el puro impulso de cuidarme, pero no iba a permitir que ese instinto sobreprotector me separara de mi razón de vivir.
A pesar de que el sol no me calentaba mucho – debido a mi temperatura corporal-, sentía cómo los rayos de sol provenientes de alguna parte me acariciaban suavemente la cara, invitándome a despertar.
Abrí perezosamente los ojos y la posición del sol me desconcertó: estaba a la mitad del cielo, un poco orientado hacia el Oeste. ¿Cuánto tiempo había dormido?
Miré a mi alrededor y todo me resultaba completamente extraño. NO digo que la cabaña que habámos rentado junto al lago me fuera extremadamente familiar pero ya había memorizado algunas características: El suelo de madera, las cortinas de gasa y seda color hueso, los peuqeños muebles hechos de madera, el gran tragaluz en la entrada.
Aquí era un tanto distinto, me hacía sentir vulnerable. El piso era de una loseta color caramelo, las cortinas tenían unos decorados bordados color amarillo, las sábanas de aquella cama eran delgadas y de un color verde claro, como el pasto en primavera.
Bajé con rapidez los pies al suelo y accidentalmente volqué algo de la mesita de noche.
Antes de que ese líquido rojizo se extendiera más por aquella mesa, levanté el vaso.
Aún quedaba más e la mitad.
No necesitaba probarlo con saber que era; tenía ese peculiar aroma archivado en mi mente desde antes de nacer: Sangre.
- Buenos días… o tardes debería de decir. –dijo una voz que provenía de la puerta. Ethan estaba recargado en el marco de la puerta, con las manos hundidas en los bolsillos del pantalón. Sonriendo con esa arrogante sonrisa que ya tanto extrañaba- ¿Terminaste de invernar?.
Le sonreí de vuelta, sinceramente.
Él se acercó y se sentó al borde de la mullida cama. Llevaba otra ropa y sus ojos se veían más claros. Intenté no imaginármelo mordiendo a jóvenes francesas…
El aroma de la sangre quedó flotando en al ambiente y mi estómago rugió levemente.
Me giré y ví el vaso de sangre, tentándome a ser probado… esperaba que fuera sangre animal, ya que en el radio de no 50 km no había ningún hospital para robar algunas bolsas de sangre humana… y tampoco quería pensar en Ethan desangrando a un humano para después vertirlo en un vaso… Un escalofrío me recorrió.
- Es sangre animal – dijo adivinando mis pensamientos – y está calentada a temperatura corporal.
Me guiñó el ojo.
- Eres increíble- le dije en tono de burla, para después de darle un sorbo al vaso.
Noté que curiosamente que en cuanto él entró a la habitación, esa sensación de vulnerabilidad se había ido de mi pecho y un dulce y tibio alivio se extendía por mi cuerpo.
- ¿Dónde estamos? – pregunté mientras bebía las últimas gotas de sangre.
Vaya, sí que tenía hambre.
- Verás, cuando te estabas quedando dormida, ví algunos de tus pensamientos y hubo en especial uno que me llamó la atención: La inevitable visita de tus padres, y por lo que ví … no estarían muy contentos ¿cierto?.
Hice una mueca.
- Lo sé, eres todo una rebelde – dijo en tono de burla – así que decidí que era hora de mudarnos.
El tono en que lo dijo me hizo pensar que la última frase ya la había dicho antes, quizás en su vida humana, quizás a Julie…
- No te preocupes – dijo antes de que pudiera decir algo – traje las cosas de tu … novio también.
Por dentro me sentí un poco triste porque sabía que a pesar de todo este tiempo, a Ethan le seguía doliendo que mi corazón perteneciera a alguien más.
- Gracias – le dije mentalmente mientras ponía mi mano sobre la suya. Él me sonrió con una ligera tristeza. – Veo que haz tomado algo – dije, intentando cambiar la conversación.
- Jum… si – dijo mientras hacía una mueca de desagrado- intenté con la sangre animal… no fue tan malo como pensaba pero no tan buena como la humana. – dijo mientras se encogía de hombros.
- Dímelo a mí. – estaba consciente de que no era justo matar humanos, y era por eso que tomaba sangre animal, pero no podía negar lo bien que sabía la sangre humana.

Para cuando salí de bañarme, el sol se estaba poniendo. Deberían de haber sido alrededor de las 7 de la tarde.
Hurgué entre mis ropas y encontré que entre todas las camisetas estaba una playera de Jacob; simple, color azul cielo. Me mordí el labio inferior mientras me debatía entre volverla a enterrar en el montón de ropa o usarla. Al final me decidí por esta última opción.
Salí del cuarto e Ethan –que estaba haciendo zapping en el televisor- y se quedó mirando fijamente la playera de Jacob, mientras sentía un pequeño incendio en mis mejillas.
Sentía como si tuviera puesto el jersey un equipo de futbol… con un delicioso aroma incluido.
Hubo un silencio incómodo y luego Ethan dijo:
- Y ahora … ¿Qué?.
Su pregunta me tomó desprevenida.
- ¿Qué de qué? – dije.
Él sonrió ante mi muy cliché juego de palabras.
- ¿No vas a ir corriendo detrás de tu príncipe moreno? – n su voz había un dejo de burla, pero no con tono ofensivo – Al parecer sólo te faltan esas rayitas en las mejillas, estilo jugador de futbol americano.
Me hubiera encantado responderle con una buena dosis de sarcasmo, pero su disposición para seguir con este retorcido juego me sorprendió. Incluso ya había preparado el discurso que le planeaba decir cuando se negara a dejarme ir para encontrar a Jake. Algo muy entro de mí me decía que su buena disposición tenía un sentido oculto, pero no pude hallar ninguno en ese momento.
- B-bueno, pues – comencé a decir, aunque la sorpresa seguía haciendo que mis pensamientos chocaran estruendosamente- estaba pensando regresar al parque Fevent. Ya sabes, en caso de que halla olvidado algo…
Lo meditó unos minutos mientras hacía girar rápidamente el control del televisor entre sus blancos dedos. Me regañé a mí misma por tener que esperar su autorización, pero ya tenía suficientes problemas por el momento así que me quedé callada.
Asintió una vez y se paró del sofá.
Se acercó a la mesa que estaba cerca de la puerta de entrada para recoger unas llaves –enseguida adiviné de qué eran- pero yo las tomé primero.
Me miró un poco sorprendido y luego dije:
- Yo manejo - mientras hacía tintinear las llaves en mi mano.
Me lanzó una teatral mirada herida y luego me despeinó un poco.
El hermoso Mustang* ya nos estaba esperando fuera de aquella cabaña de dos pisos, la cual con esa fachada de tablas amarillas me resultaba vagamente familiar… quizás porque se asemejaba un poco a las pequeñas cabañas de La Push.
El conducir resultó un tanto… reconfortante. Al menos, me ayudó a no pensar mucho lo que estaba haciendo; aunque no podía negar que dentro de mí todavía sentía esas mariposillas en el estomago… a pesar de no saber si significaban algo bueno o algo malo, me infundieron un poco de esperanza.
Aunque también estaba el tema de mi familia.
Lo había querido evitar mucho tiempo pero ya no podía cerrar más los ojos. Ellos se acercaban a pasos agigantados a nosotros; sabía que no se darían por vencidos.
Pero tampoco podía permitir que se involucraran en esto; si sólo con Ethan esa pelinegra se había puesto histérica, no quería ni pensar que pasaría si se enfrentara con otros 8 vampiros…
Un escalofrío me recorrío por la columna y apreté más las manos al volante al escuchar el eco de su voz : Esto fue sólo una pequeña prueba para ver si tu eras tan inteligente y perspicaz como tu madre…
El auto dio un bandazo hacia el frente y amenazó con que el motor se apagase. Pestañeé un par de veces y cambié la velocidad correctamente.
Ethan me miro con ojos preocupados.
Ella conocía a mi familia, la había estado vigilando; incluso mucho antes de que yo naciera…
Al parecer esto era personal; tenía un saldo pendiente con la familia Cullen.
Pero ¿por qué yo?, no es que le desea esto a alguien más de mi familia pero bueno, al menos ellos son vampiros completos…
Eso es, me dije repentinamente, soy el eslabón más frágil de la familia; soy la forma más rápida y fácil de herir a los Cullen; soy un pase directo a su venganza…
No sabía si llorar de coraje o de tristeza. Me gustaría pensar que siempre supe que ser semihumana me traería problemas, pero la verdad es que no era así. Mi madre me había dicho que estaba bien ser como era.. y le creí. No la estoy culpando a ella pues estoy segura de que ella también lo creía asi…
Estaba enojada conmigo misma por ser tan débil.
Con un chirrido de llantas aparcamos en el viejo y descuidado estacionamiento del parque Fevent.
La última vez que había estado allí había sido a oscuras, salvo por la luz de la luna tenuamente iluminando todo; pero ahora en el atardecer, se veía el verdadero esplendor de aquel parque.
Las esculturas adquirían un matiz casi real cuando la luz naranja les daba de costado, y por entre los árboles secos, se filtraba como rendijas la luz.
Comencé a caminar, con Ethan junto de mí y por unos minutos en silencio hasta que algo captó su atención y comenzó a caminar unos pasos por delante de mí.
Inhalé profundamente, con la intención de hallar el rastro de aquella chica. Tuve que hacerlo un par de veces para captar un ligero olor. Pero bueno, sido guardia de los Voulturi, Ethan tenía que estar entrenado ¿cierto?.
Casi tenía que correr para poder seguirlo y aunque él de vez en cuando me lanzaba miradas – como para comprobar que siguiera allí – iba al menos 100 metros lejos de mí.
Pasamos por una parte que yo desconocía, la cual se notaba que en sus buenos tiempos había sido un laberinto para niños; ahora ya sólo quedaban ramas secas y retorcidas; ennegrecidas por el tiempo y el clima. Bruscamente, él se detuvo. Me acerqué y miré por encima de su hombro y localicé allá en el fondo, una cajita de madera negra.
Era sencilla, sin decorativos ni nada parecido, sólo una nota en la tapa.
Podía jurar que esa nota tenía mi nombre. Avancé un par de pasos para tomarla, pero el brazo de Ethan me detuvo…




---------------!!!

Me gustó el título :) Ja, quizás no es tan profundo pero queda con lo de la camiseta ¿cierto? ;)
Comenten y si paseen el link a sus amigas ;) Ja
Las/os quiero! :D

*No estoy segura si era un Mustang u otro coche; el archivo donde tengo los otros caps está en la otra compu :/ asi que no pude checar. 

Make your heart drop and come alive
Five minutes to midnight – Boys Like Girls

sábado, 6 de noviembre de 2010

Siempre te cuidaré. Cap.80


Sentía el corazón detrás de mis oídos, retumbando.
Bajé la vista hacia el folleto, y cuando la volví a alzar … allí estaba ella.
Una extraña y fría sensación me recorrió al verla de nuevo. A pesar de tener un desgastado vestido rojo, seguía viéndose tan etérea, con esa belleza que sólo los inmortales poseen.
A pesar de que estaba bastante lejos, podía notar – y sentir – esa feroz mirada que me atravesaba por completo.
Se moviío tan rápido que por un momento si silueta se vió borrosa, y en menos de un latido, ya estaba frente a mí, eso si , siemore guardadno cierta distancia.
No pude evitar que mi instinto vampírico emergiera y mi cuerpo se tensara, listo para atacar. Y aunque debía de admitir que de las cosas que más quería era arrancarle la cabeza a esa tipa que me arrebató a Jacob, sabía que si lo hacía, nunca lo encontraría.
El sólo volver a pensar en Jacob hizo que esa fría y oscura sensación me invadiera de nuevo.
Estaba conciente de que aquella chica me seguía observado fijamente, pero aún así intenté olfatear el aire discretamente, tratando de identificar si el aroma de Jacob estaba cerca.
Sólo olí lluvia, tierra mojada y hojas secas.
Aquella chica lanzó una risilla divertida.
La miré fijamente y noté un brillo de malicia en sus ojos.
Reuní algo de mi valor y me atreví a hablar:
- Jacob, ¿Dondé está? –mis manos se convirtieron en puños para evitar que mi voz se quebrara – Ya jugué tu estúpido juego; devuélvelo.
Ella enarcó una ceja.
- Vaya, vaya, vaya. Creo que tratas demasiado ser una chica ruda ¿eh? – dijo mientras alargaba si delgado dedo para tocarme la barbilla. Me limité a desviar el rostro – Pero lamento informarte linda, que estás rota; rota por dentro. Y no te queda esa pose de chica ruda.
- No estoy intentando ser una chica ruda – dije mientras ignoraba la terrible verdad de que estaba rota por dentro – sólo lo quiero devuelta. Ahora.
Estaba conciente de que a cada segundo ese capullo de pánico se iba abriendo en mi pecho, pero no podía dejar que ella se diera cuenta.
Sentía como si cada segundo que pasara fuera un eternidad que me alejaba cada vez más de Jacob.
Esa estúpida sonrisa no se borraba del bello rostro de la joven; definitivamente esata disfrutando del momento.
A estas alturas no me interesaba por qué lo hacía, sólo quería a Jacob sano y salvo, junto a mí.
- Lamentablemente, para ti claro está , - dijo mientras comenzaba a caminar hacia el Sur del parque. Sin pensarlo la seguí – este juego no ha terminado Renesmee.
Sentí como si me sacaran todo el aire de los pulmones de un solo golpe; quería decir algo, protestar, pero no podía podía articular ni una sola oración coherente.
- Esto fue sólo una pequeña prueba para ver si tu eras tan inteligente y perspicaz como tu madre. La cual me sorprendió mucho ¿sabes? Era bastante más despierta que los demás de su … especie.
Enredados pensamientos y confusas preguntas comenzaron a nublar mi mente.
- Tu … ¿conoces a mi madre? – dije con un hilo de voz, temiendo que no sólo ahora Jacob estuviera en peligro.
- ¡Oh claro! – dijo mientras pretendía estar aburrida con esa pregunta al parecer tan obvia- Cuando era humana y ahora que ya es un hermosa inmortal… pero ese no es el caso Renesmee. El caso es que vas a seguir jugando MI juego. Te guste o no; lo harás por ÉL.
Tomé una gran bocanada de aire, tratando de manejar el pánico y las lágrimas.
Genial Renesmee, me dije, ahora tienes dos fichas que mover en este estúpido juego.
No podía permitir que mi madre también se viera involucrada en esto. Aunque sabía que seguramente no tardarían más de 48 horas en encontrarme, tenía que alejarme, para salvarlos. No necesitábamos más víctimas en este retorcido juego. La única solución: huir de mi familia.
- ¿Trajiste a alguien? – el repentino cambio de tono de voz de aquella joven me sacó de mis pensamientos.
Levanté la vista y ella miraban cautelosa a su alrededor, incluso podría decir que con un poco de recelo.
Agudicé el oído y escuché cómo unas hojas secas se rompían por el peso de alguien.
Mi corazón comenzó a latir frenéticamente y nuevamente mis sentidos se agudizaron.
Si yo no había traído un acompañante y ella tampoco eso significaba que…
¿Sería que los Voulturis querían que su pequeña prófuga –osea yo- se mantivuera callada…para siempre? Ellos no estaban acostumbrados a perder ¿O quizás había más vampiros no-amigables en la zona?.
Cualquiera de las posibilidades que había pensado no era demasiado alentadora.
Por el rabillo del ojos noté como los músculos de aquella chica se tensaban, lista para huir; y con ella la posibilidad de tener de vuelta a Jacob. Estaba conciente de que lo que estaba a punto de hacer no era más que una locura, pero bueno unas cuantas locuras y estupideces no creo que cambiaran mucho mi historial…
Con un movimiento rápido me lancé sobre la chica de cabellos negros, no pretendía atacarla, simplemente derribarla para evitar que escapara.
Caímos al suelo de piedra, yo quedando encima de ella. Como era de esperarse, ella no lo tomó bien.
Con un siseó me quitó sobre ella, mientras salió rodando por el suelo. Rápidamente se puso en posición de ataque y a mí sólo me dio el tiempo suficiente para rodar de ese lugar y evitar que me cayera encima. Intentaba levantarme cuando sentí su fría mano alrededor de mi tobillo. Solté un grito ahogado que se vió opacado por un rugido gutural de su parte. Me jaló del tobillo haciéndome caer de boca y puedo jurar que escuché tronar un hueso de mi muñeca. Eso sin mencionar que me mordí la lengua.
Me giré lo más rápido que pude sin apoyar mi muñeca lastimada y ví que ella ya estaba parada¸ mirándome desafiante desde arriba, mientras de su pecho salía un ligero gruñido.
Noté que sus ojos eran de un roja más claro y comprendí el porqué de su fuerza; por alguna razón un escalofrío me recorrió la columna.
Un borrón pálido pasó rápidamente entre nosotras y derrumbó a aquella chica pelinegra. Sólo se escuchó un ligero grito de sorpresa.
Me incorporé como pude un tive que pestañear un par de veces para reconocer a quien estaba sometiendo a aquella vampira.
- ¿Ethan? – su nombre salió de mis labios, no si ese tono de sorpresa.
- No es por ofenderte, pero me gustaría que dejaras a un lado ese papel de “damisela en peligro debido a su necedad” – en su voz se escuchaba un poco de esfuerzo.
- Déjala – dije en un susurro.
Él me volteó a ver como si estuviera loca.
- Por favor Ethan – aunque estaba hablando en susurros se notó la desesperación en mi voz. Sabía que si la mataba nunca podría encontrar a Jacob.
Me hizo una mueca de decepción y la soltó. Enseguida tomó lugar frente a mí, como un escudo.
Ella se levantó despeinada y maltrecha, en medio de siseos.
- Lo conoces – obviamente no era una pregunta, y la indignación estaba bien clara en su voz- Sabías que no debías de traer a nadie más – casi me gritó.
- Tu .. no – comencé a decir.
- Si no mal recuerdo escribí “Juega” no “jueguen” ¿comprendes? Al parecer tu medio cererbro no funciona tan bién como pensaba, fenómeno. –todas y cada unas de sus palabras estaba impregnadas de veneno.
- Hey … - dijo en tono amenazador Ethan.
Ella se limitó a sisearle y enseñar los colmillos.
- Si no eres capaz de seguir las reglas quiere decir que no lo amas lo suficiente como para salvarlo…
- No y.. –comencé a decir, pero me volvió a interrumpir.
- Müller – dijo en un susurró.
Por un segundo nada se escuchó y no comprendí nada, pero un latido después, un grito desgarrador rompió el silencio de la noche.
No pude pensar en más que una cosa: Jacob.
Lo reconocería incluso dormida.
Hasta ese día no había conocido lo que en realidad era el miedo. No había conocído esa fría sensación que te hiela hasta los huesos y hasta que te paralices, que tu mente comienze a quebrase en pedazos y a caer, para hacerse añicos. Nunca habaía conocido el VERDADERO miedp de perder a alguien.
Miré a aquella joven y a pesar de tener una cortadura en la mejilla sonreía diabólicamente, disfrutando de mi dolor.
Todos los sonidos del mundo se apagaron y lo único que podía escuchar era auqellos gritos incesantes de dolor.
¡Déjalo!, quería gritar, pero parecía estar encerrada en un mundo donde todo se movía perezosamente, excepto mi frenético corazón y aquella fría sensación que iba desplazándose por mi cuerpo.
No quería imaginar que le estaba sucediendo a Jacob. Nunca lo había escuchado gritar así, nisiquera cuando Paul le dislocó el hombro accidentalmente.
Era un grito tras otro, cada uno como una cuchillada directo a mi corazón.
No comprendí lo que estaba pasando hasta que las manos de Ethan sujetaban mi rostro con fuerza y me obligaban a mirarlo a los ojos.
Todo pasó muy rápido, como si después de ese estupor todo hubiera marchado en cámara rápida.
Lágrimas nublaban mis ojos, mientras estiraba los brazos tratando de alcanzar a esa chica pelinegra; Ethan me sujetaba muy fuerte, no sabía si para protegerla a ella o para protegerme de mí misma; de mi pecho salía ese retumbante gruñido amenazador…
Él me dio la vuelta, sin soltarme, y me tomó el rostro; esa muda súplica en sus ojos me desbarató, y quedé como una muñeca de trapo, mientras me caía a pedazos por dentro.
Pero no, no me iba a rendir de nuevo por Jacob. No debía abandonarlo en manos de esa psicópata.
Ethan me arrastró lejos de allí, mientras mis desesperados gritos llamando a Jacob se iban apagando.
- ¿Porqué Ethan? – sollocé.
- Es sólo una loca – dijo.
- ¡No Ethan! ¡¿Por qué apareciste?! - le grité con las mejillas perladas de lagrimas- Yo me las había podido arreglar sola. Ahora sólo estoy aún más lejos de encontrarlo.
Hizo un gesto de dolor, pero a pesar de eso, me miró a los ojos cuando me respondió:
- Ya sé que todo tu estúpido mundo gira entorno de él Renesmee, pero no me lo tienes que restregar en la cara ¿sabes?- en su voz estaba más que clara esa amarga nota de dolor-. Lo único que hago es salvarte una y otra vez de ti misma, pero al parecer tienes muy arraigada esa cualidad de masoquista; supomgo que nunca podrás cambiar, nisiquiera cuando te estas derrubando , como ahora.- Comenzó a caminar al lado opuesto donde to estaba, como si lo repeliera- Si quieres que me vaya esta bien, sólo pidelo; pero te recuerdo que te necesito tanto como tú amí, aunque lo quieras negar. Pero si en verdad lo que deseas es quedarte solo de nuevo, sólo pídelo.
Me miró durante unos segundos, segundo en los cuales yo me limité a llorar en silencio y temblar ligeramente, incapaz de articular o pensar algo.
Ethan, siempre había sido sinsero conmigo, pero esa era lo más duro que me había dicho hasta el momentos y lo que más me dolía, es que todo lo que había dicho era la pura verdad.
Suspiró comenzó a alejarse de mí, con la intención de perderse en la oscuridad. Non no lo podía perder, no de nuevo. Tambaleando me levante y seguí su tenue olor a menta, hasta que le dí alcance.
- Ethan – fue todo lo que atiné a decir antes de lanzarme a sus brazos y coemnzar a llorar.
Él con gusto me recibió con los brazos abiertos.
- Sabes que te amo, y sé que me amas, no exactamente como yo quisiera pero … es suficiente para mí. – susurró contra mi cabello – Y sé que siempre serás esa chiquilla terca y curiosa que siempre conocí. No vas a cambiar y no te voy a tratar de cambiar; y siempre ¿Lo escuchaste? Siempre estaré allí para ti…
Después de eso, me dediqué a berrear entre sus brazos y mojarle todo el pecho de la chaqueta…




----------*
“A veces se hacen locuras por amor, Meg”
-Hércules


¿Mucho rollo por parte de Ethan? Lo sé, pero hay tantas cosas que él necesitaba decirle… para reforzar esa unión… pfft ustedes saben ;) Ja
-Aviso para las chicas que siguien nuestro FanFic (Ale y mio): Alee ha conseguido un trabajo!! (Lo sé, al fin traerá dinero a la casa y podremo dejar de trabajar en las esquinas :D) Ja así que será un POCO mas difícil subir el cap. NO LO ABANDONAREMOS, sólo les avisamos para que no digan que nos olvidamos de ustedes ¬¬

Buenoooo dejen sus comentarios 
Las quiero

P.D: Pasen a ver el blog de Majoo! Los Restos de mi Vida

miércoles, 27 de octubre de 2010

Gracias... y adiós. Cap. 79

- Lou Fevent

Lo miré perpleja.

- ¿Qué? – dije en un susurro.

Sacó una pluma de su bolsillo y comenzó a poner en diferente orden las letras de la frase Le vent soufle. Aquella frase que había pensado que era un callejón sin salida, éra tan solo una clave … un anagrama.

Formó la palabra – o el nombre –Lou Fevent.

Escruté su rostro en busca de alguna señal que me diera entender que lo que estaba diciendo era coherente, pero su mirada parecía perdida, como si estuviera tratando de recordar algo muy borroso… o muy doloroso.

Me mordí el labio inferior mientras esperaba ansiosa que regresara a la realidad.

Me dirigió una dulce sonrisa.

- Un escultor – dijo con tono calmado.

Lou Fevent. Lou Fevent.

Rebusqué en mi mente algo que se relacionara con ese nombre; una escultura, un libro, algo … pero no encontré nada. O al menos, en todas las bibliotecas donde había estado, no había encontrado nada sobre él.

- ¿Tiene que sonarme? – pregunté, un poco cautelosa.

- No necesariamente. Era un artista… local.

Asentí lentamente.

- Y tu … ¿Cómo sabes? – inquirí.

- A mediados de los cincuentas ya había guías turísticas.. – respondió mientras miraba a otro lado. Lo capté al vuelo.

Bien, debía de admitir que aunque me sentía mal por Ethan, quien ocupaba mis pensamientos era Jacob. Quizás sabrían algo de Lou Fevent en la recepción de las cabañas …Tenía que encontrar algún parque, escultura o lo que fuera, donde pudiera ir. Estaba casi segura que allí era donde me esperaba la chica de cabello color carbón … junto con Jacob.

Ambos parecíamos tan sumergidos en nuestros pensamientos que no me dí cuenta cuando una ligera llovizna comenzó a cubrirnos, hasta que estuve casi empapada. Aún así no me moví, no tenía ni la fuerza ni las ganas.

Fue como si despertara de un sueño, algo surrealista. Después de tanto tiempo me habría imaginado que estar con Ethan me habría hecho sentir mejor; pensaba que todo sería como pasar por la casa de Claire, charlar un rato e instantáneamente sentirte reconfortada.

Me había sorprendido al descubrir que el encontrar a Ethan sólo había traído más problemas. Una pequeñísima parte de mí susurró egoístamente: “Sabías que no debías venir a buscar a Ethan, Jacob te lo dijo, también tus padres y ahora has perdido a ambos …”.

Apreté los dientes para tratar de no llorar… porque sabía que era cierto.

¿Pero qué podía hacer?¿Simplemente dejarlo por allí desgarrándose de dolor? . Lo miré de reojo y vi que aunque se había calmado un poco, seguí teniendo esa postura preocupada en sus hombros.

Había algo tan sincero ahora en Ethan, que me atrevería a decir que te ayudaba a pensar con claridad… o quizás simplemente fueran mis ideas.

Las gotas de caian en forma perezosa, pero constante y hacían que la noche adquiriera un tino brillante.

Quizás no era exactamente el recuentro que esperaba –o quería- pero tener a Ethan de vuelta no estaba tan mal.

Eran alrededor de las seis de la madrugada y el tiempo se había escurrido rápidamente como agua entre las manos. Nuestras ropas estaban casi secas, ya que a eso de las tres estábamos hechos una sopa, entonces Ethan sugirió que por mi bien entráramos al cobertizo de la cabaña. Volví a sentirme protegida por él, como en aquellos tiempos –que ahora parecían tan curiosamente lejanos- cuando estaba encerrada en el castillo de los Voulturi; aunque quizás fuera él quien necesitaba un poco de consuelo.

No necesitábamos hablar, había tanto que contar pero ambos sabíamos que no era precisamente lo que queríamos explicar en ese momento. Preferíamos disfrutar la silenciosa compañía del otro, mientras vagábamos por nuestra mente. No éra algo que acostumbráramos hacer cuando estábamos en Volterra, pero quizás fuese porque n había mucho en que pensar, y también porque quería mantenerme alejada de todos aquellos pensamientos que nublaban mi cabeza en esos momentos; Necesitaba una distracción e Ethan estaba más que dispuesto a dármela..

Algunos rayos rosados de luz comenzaban a asomarse por el horizonte, señal de que estaba amaneciendo.

Una ligera sonrisa se asomó en la comisura de mis labios.

Bien . Pensé. En un par de horas la recepción abrirá y podé pedir informes sobre ese tal Lou Fevent.

Ethan pareció darse cuenta de lo que pensaba, por lo cual me miró curioso.

Decidí comenzar la búsqueda en la red. No quería que Ethan también se viera envuelto en esto. Si, estaba decidida que lo mejor sería mantener el secreto… cosa que quizás resultaría difícil, contado con lo bien que me conocía.

- Quizás deberías dormir un poco – me sugirió al tiempo que se levantaba de los escalones y me ofrecía una mano.

- Quizás tu deberías de ir de caza – respondí mientras tomaba su mano para levantarme y miraba fijamente el rojo intenso –casi negro- de sus ojos.

Me respondió con una risa cansada y un alborotamiento de cabello.

Entramos a la cabaña y aunque estaba cansada hasta los huesos no fui a la habitación por dos simples razones: Primera: No había tiempo para dormir, debía de encontrar a Jacob. Y segunda: Allí sólo había recuerdos de él, recuerdos que por mi bien emocional me convenía apartar por un tiempo.

Me senté en el mullido sillón y fue como si todo el cansancio me llegara de golpe. No estaba segura de cuánto tiempo tenía sin dormir, pero fácil… unas 24 hras. Ya que aquel estada de aletargamiento no se lo podía considerar precisamente un descanso, ya que aquel vacio me atosigaba incluso dormida.

Me ví tentada a cerrar los ojos un rato… pero la falta de Jacob era mi alarma personal.

Ethan se recostó en la esquina y con una palmadita en si hombro me invitó a usarlo como almohada.

Maldito Ethan, dije internamente con un toque de humor, me estaba tentando… y lo sabía.

- Vamos Nessie, sabes que tienes que dormir, aunque sea un poco. Más tarde los buscaremos. – dijo.

Ebtebdí a quién se refería y se me hizo un nudo en la garganta; también por que ése era el tono un tanto condescendiente que ÉL usaba cuando yo era pequeña e intentaba dormirme.

Tragué un poco de saliva y le respondí.

- También tu tienes que tomar algo. ¿Cuánto llevas?¿Tres semanas? – pregunté con una ceja enarcada mientras me sentaba junto a él.

Ethan tocó esas enormes ojeras que tenía debajo de sus ojos, como si con ese simple hecho pudiera borrarlas.

- ¿Si te prometo que iré a cazar algo dormirás un rato? – preguntó con una sonrisa traviesa en los labios.

- Hecho – dije mientras extendía mi mano.

- Hecho – repitió mientas estrechaba mi mano y yo tenía mucho cuidado en que no le viera a través de mi don que había cruzado los dedos detrás de mi espalda…

La almohada estaba tan cómoda y la manta tan suave, que varias veces casi caigo en las manos de Morfeo.

Ethan iba y venía. Se sentaba por un rato para luego pararse. Parecía bastante nervioso … pero ¿de qué?

A ratos me echaba miraditas, como para verificar que seguía “durmiendo”. Obviamente no estaba durmiendo, pero era lo suficientemente buena actriz como para despistarlo.

Los minutos pasaban y él no se decidía a ir de caza, mientras que el nerviosismo crecía en mí, pensé que no cumpliría con su parte del trato aunque bueno, viéndolo desde ese punto, yo tampoco estaba cumpliendo el trato … pero había cruzado los dedos así que mi parte del trato no era necesariamente válida. Sonreí por dentro con malicia.

Después de un rato, Ethan salió con paso decidido por la puerta de madera, eso si, sin olvidarse de echarme una ultima miradita.

Esperé alrededor de cinco minutos, sin moverme; asegurándome que ya estaba lo suficientemente lejos.

Pasando esos cinco minutos, me paré del sillón de un brinco y me dirigí a velocidad inhumana a la recepción. Al entrar la señora pareció un poco sorprendida al verme.

Claro, con el cabello alborotado, la ropa arrugada y el poco de maquillaje que llevaba, corrido, quien no se asustaría al ver esa pinta.

Me sonrió amablemente y me preguntó que si se me ofrecía algo –en francés, claro está-. Unas marcas de risa alrededor de los labios se le formaron y por un momento pareció una simpática abuelita.

- Ehm si gracias – respondí apresurada – estaba buscando algo sobre Lou Fevent. Una exposición, un museo .. Jm.. lo que sea.

Ella frunció el ceño mientras pensaba. Me indicó con el dedo que esperara un minuto y se volví a un estante de folletos turísticos.

Instintivamente, movía deprisa mi pierna mientras miraba cautelosamente hacia la puerta , vigilando que no viniera Ethan. Sabía no armaría una escenita pero definitivamente me llevaría de vuelta a la cabaña y redoblaría la seguridad... era más que obvio de Ethan clasificaba la locura que estaba cometiendo en “Muy-peligroso” Pero bueno … todos hacemos locuras en nombre del amor ¿cierto?.

La recepcionista regresó a mí con un folleto, que parecía bastante viejo y un poco maltrecho.

Se disculpó por el estado del folleto pero explicó que desde los años 50’s y 60’s casi no se escuchaba hablar de aquel artista.

Le agradecí rápidamente y salí del lugar.

Escruté el folleto turístico con cuidado, en busca de algún indicio.

Finalmente en la ultima parte del folleto aparecía la foto de un parque, con grandes árboles de florecillas moradas y magnificas piezas de arte –esculturas- en el centro de los andadores.

Lo metí a mi bolsillo trasero y salí corriendo a toda velocidad mientras la adrenalina fluia por mis venas…

… Tenía que admitir que aunque el parque estaba abandonado,m aún conservaba un poco de su esplendor actual. Y también tenía que admitir que esas esculturas eran de las mejores que había visto; podían ser comparadas con La Venus de Milo o alguna otra invaluable pieza de arte.

Lástima que su arte no llegó a las grandes masas, me lamenté en silencio.

El sol caía como rendijas atravéz de las ramas semi-desnudas de los árboles. Pasé el primer andador y la primera glorieta sin encontrar nada sobresaliente, nada que estuviera buscando; y comencé a preocuparme..

Sentía el corazón detrás de mis oídos, retumbando.

Bajé la vista hacia el folleto, y cuando la volví a alzar … allí estaba ella.

----*

I know ._.

Estaba pensando, Que les parece si llegamos a un acuerdo?? J para evitar tanto desmadre e inconformidades :D

Publicaré una vez a la semana. Es un plazo que puedo cumplir y es un tiempo que ustedes pueden aguantar … ¿cierto? J

No les drié un día fijo para publicar, pero publicaré antes del las 12 p.m del Domingo de esa semana J (Horario centro de México)

Por ejemplo, este sería el capitulo de esta semana, pero no por que lo haya subido en Miércoles, quiere decir que el próximo también será en Miércoles. Entendido?

OK bueno, déjen sus coments y díganme que tal les pareció este vid :D

Nos vemos la próxima semana!

Besos

P.S: Follow me on Twitta! (Acento Británico) @LePaprike haha :PP

*Gracias ... y adios: Por que Nessie agradece la ayuda de Ethan, pero lo va a dejar atras