miércoles, 30 de septiembre de 2009

Damián y Josephine Olivier. Cap.19.

Era una noche sin luna en una pequeña cuidad de España – empezó a relatar Damián – No, me acuerdo exactamente la fecha, pero alrededor de doscientos años.

“Mi cabello castaño iba revoloteando rebelde debido al viento. Regresaba del trabajo, empezaba a trabajar como pasante en un pequeño taller de carpintería, no es que eso me hubiera gustado hacer, pero mi familia no era de las clases altas como para poder costearse una buena educación.
Una sombra se movió tras de mí. Inquieto, me giré, pero no había nadie. Apresuré el paso. Antes de que pudiera darme cuenta tenía una joven de piel nívea enfrente de mí. Sus rizos color caramelo flotaban alrededor de su cara, enmarcando sus facciones. Era tan hermosa que apenas podía creer que era real.
Una melodiosa voz salió de su boca:


- Buenas noches caballero, mi casa se ah quedado cerrada y no eh traído llave con migo, sería tan amable de entrar por la ventana de mi segundo piso?

“La seguí con gusto. Caminamos por un pequeño callejón. Iba hipnotizado por su belleza. Llegamos a una pequeña casa destartalada de dos pisos. Con una seña me indicó la pequeña ventana y una vieja escalera que descansaba en el costado de la casa.

“Sin pensarlo me dirigí hacia el costado para tomar la escalera, cuando sentí sus gélidas manos alrededor de mi garganta.

- Huele usted muy bien –me susurró al oído, sentí su frío aliento y me estremecí.
“Lo siguiente que recuerdo es una fila de dientes duros como diamantes, rasgándome la yugular. Sentí que el aire se me iba. Con lo que quedaba decidí gritar y pedir auxilio lo más fuerte que pude. Cada vez todo se oscurecía más y más. Un fuerte murmullo de voces que venía de el comienzo de la calle llamó mi atención. Sentí como la vampiresa que tenía encima mío se tensaba y huía. Con la poca fuerza que me quedaba me arrastré hasta el pequeño espacio que había entre la vieja casa y una pared contigua.

“ Después sentí un dolor inmenso que me provocaba suplicar la muerte a cada segundo, pero nunca llegaba.
Desperté, ví cómo mi piel resplandecía al solo, me sentí más fuerte. Una ligera brisa trajo consigo un delicioso aroma, sentí que mi garganta se inflamaba, sentía un terrible deseo por la sangre humana. La probé una vez, dos veces y más. Fui viajando a lo largo del continente en busca de nuevas cosas que ver y aprender.

“Así fue como me uní a los Vulturis. Aun que no poseía ningún don especial, me consideraban valioso por la cantidad de conocimiento que tenía sobre diversos temas. No era parte de su guardia, solo era un … amigo.
“Los días y noches pasaron para mí. Estaba cerca de cumplir mis primeros cien años de edad. Era hora de alimentarse. Un delicioso aroma de sangre fresca entró por las pesadas puertas de la pequeña torrecilla donde nos reuníamos a la hora de … almorzar.

“Una joven de largos rizos rubios captó mi atención. En la mirada tenía retratado el pánico. Nuestras miradas se encontraron, el borgoña de mis ojos parecía no asustarle y el azul de sus ojos suplicaba desesperadamente que la salvara. – a su lado Josephine sonrió tímidamente mientras miraba al suelo -.

- Entonces, discretamente me sacó del salón mientras los demás vampiros hacían picadillo a los demás – continuó Josephine -.

- No tengas miedo – me susurró.

“Sólo pude asentir tontamente con la cabeza. Con sus frías manos me llevó hasta un pequeño cuarto donde, al parecer, no había nadie. Rápidamente me explicó qué eran. Hablaba tan deprisa que ne verdad tenía que concentrarme para comprender lo que estaba diciendo. Cada vez que pronunciaba una palabra su aliento me aturdía más y más.

Al parecer le confesó a Aro que quería conservarme. A lo cual los tres se opusieron rotundamente. Y le dieron un ultimátum. Si no me convertía esa noche me iban a matar.

Yo deseaba que me convirtiera, pero él no estaba seguro si podría hacerlo solo. Nunca se había controlado demasiado en ese aspecto.
“El golpeteo de un puño contra la puerta de vieja madera retumbó dentro de mi pecho.

- Tenemos que irnos – le dije.

No estaba dispuesta a perderlo. Me cargó con sus gélidos brazos y saltamos desde el alféizar de la ventana. Huimos durante algunos días, Hasta que nos dimos cuenta de que no íbamos a poder huir de los Vulturi. Así que decidió transformarme. Posó sus fríos labios sobre mi muñeca y sentí la afilada pila de dientes que se hundían en mi muñeca. Sentí como la ponzoña recorría mis venas, en un silencioso dolor…”


Estaba completamente sumergida en la historia, imaginando a los Volturis, imponentes y rígidos, persiguiéndolos e intentando matarlos, los ojos suplicantes de Josephine, y la noche en la vieja España hace unos 200 años atrás.
Miré a mi alrededor, todo el mundo estaba igual que yo.

- Y después? – preguntó Alice con un hilo de voz que denotaba verdadera curiosidad.

- Nos dedicamos a vagar por el mundo practicando ser vegetarianos, hasta que encontramos a Bianca e Ian, quienes eran los sobrevivientes de un antigua clan poderoso que habitaba al norte de España. – respondió Joss-.

- Y Lucas? – preguntó Esme, con tono maternal.

- La verdad es que … no sabes exactamente que es. – confesó Damián – tiene cualidades humanas, como piel bronceada, ojos azules y su corazón late. Pero también tiene cualidades de vampiro, velocidad, su piel brilla ligeramente a la luz del sol y se alimenta de sangre.

- Tal véz sea como yo. – sugerí.

- Hmm.. no lo sé – admitió Damián.

- Además su corazón late mucho más lento, como si fuera a pararse en cualquier momento y el tuyo late más rápido que del de cualquier humano. – convino papá.
- Desafortunadamente sus padres murieron a manos de los Vulturi – dijo Joss mientras suspiraba.

- Entonces qué es? – pregunté confundida …




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Hey! gracias por leer!!! lo siento no haber podido postear pero esta semana empezaron los exámentes y parte fué mi cuempleaños asi que no tuve mucho tiempo XD.
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miércoles, 23 de septiembre de 2009

Empezando a conocernos. Cap.18

Tenía que hacer algo. Tenía que pensar rápido. No podía permitir que Jake matara a los Oliver.
Me pasé al asiento del conductor y traté de abrir la puerta. Cerrada. El tiempo estaba corriendo, cada segundo podía ser la diferencia.

Sabía que Jake no iba a cambiar de fase hasta estar bastante cerca de los Olivier, no se iba a arriesgar a que la manada lo detuviera.
Trepé por los asientos y llegué a los asientos de atrás. Sacudí la manija con fuerza intentando abrirla, me estaba dando por vencida. Traté con la otra y abrió. Una corriente de aire frío y húmedo que entró hizo estremecerme.

Salí del auto con un salto y me sumergí en la densa lluvia. El cabello mojado se alborotaba a mi alrededor y me entraba en los ojos, lo cual me dificultaba la vista.

Mientras corría en la dirección por la cual se había ido Jake agradecí que él se hubiera estacionado lejos de los demás autos, hubiera sido demasiado frustrante caminar a velocidad humana mientras los Olivier estaban en peligro.

Entré en el oscuro bosque. Llovía con menos intensidad, por lo que pude ver con más facilidad. Comencé a seguir el olor de Jacob y llegué hasta una parte del bosque donde había muchos árboles. Jake estaba agazapado detrás de una roca y los Olivier paseaban a unos cuantos metros de allí.

Me le acerqué silenciosamente por detrás.
Le tapé la boca y lo jalé hacia al pasto, por lo que quedé encima de él.
Cuando me vio sus ojos chispeantes de furia se trasformaron en llenos de pánico.

- Por favor, no los mates, sólo te herirás a ti mismo – le susurré mientras la lluvia seguía mojándonos con gotas ligeras.

Quitó la mano de mi boca y me dijo:
- Pueden ser peligrosos, ya sabes como el rubio me atacó. – aun que estábamos hablando en susurros, claramente se notaba la ira en la voz de Jacob.

Al recordar ese momento un escalofrío me recorrió la espalda. Jake se percató de eso y me pegó más contra él.

Sabía lo terco que a veces podía ser , así que decidí que lo mejor era mostrarle lo que había pasado.

Puse mi mano contra su mejilla mojada y le mostré todo lo que había pasado mientras él estaba inconsciente – omitiendo , claro, mis momentos de dolor al ver que estaba herido y no despertaba -. Al terminar se me quedó viendo un poco escéptico, los dos sabíamos que se podía mentir con la mente.

- Confías en mí? – pregunté adivinando lo que pensaba.

- Sabes que sí – dijo suspirando, al cabo de un rato, dándose por vencido.

Le respondí con una pequeña sonrisa de satisfacción y alivio.

Pasó su cálida mano por debajo de mi cabello mojado para que sus dedos quedaran debajo de mi oreja y la palma de su mano a lo largo de mi mandíbula.
Bajé mi cabeza hasta quedar a unos centímetros de sus cálidos labios.

- Creo que deberíamos irnos – susurró rozando mis labios. Su cálido y dulce aliento entró por mi boca intoxicándome como su hubiera sido la primera vez.

Instintivamente mis manos se cerraron para convertirse en puños, sujetando su cabello y presionándolo contra mí.
Sentí como se acumulaba la sangre en mis mejillas.
Hasta ese momento no había podido disfrutar de la felicidad que tenía de saber que Jake estaba bien.
Mis labios se movieron insistentemente contra los suyos, el reaccionó de la misma forma. Supuse que él también se había quedado preocupado por mí.



El coche pasaba ágilmente por los helechos y las demás plantas del húmedo bosque. La intensa lluvia se había convertida en un ligero chispeo. Gracias a la temperatura de Jake estaba casi seca – íbamos con las ventanillas cerradas, por lo que el calor se concentraba dentro del coche -.
A unos metros de llegar a la entrada de la mansión escuché unas risas divertídas que provenían de adentro.

Entré rápidamente intrigada de saber por lo que se estaba riendo.
Me sorprendí cuando ví lo que pasaba en la sala.

Los Cullen y los Olivier platicando y riendo como si fueran viejos amigos.
Confundida, encarné una ceja. Papá me sonrió ligeramente para decirme que todo estaba bien. Me giré hacia la puerta y ví que Jake había cerrado los ojos y también las manos hasta convertirlas en puños, estaba temblando notablemente.

- Ahora vuelvo – dije rápidamente para después salir disparada hacia la puerta junto con Jacob.

- Creo que lo mejor será que no me quede aquí. – dijo Jake con los puños tensados.

- Creo que si .. – respondí en un susurro mientras me mordía el labio inferior suavemente.

Acto seguido, Jake desapareció. Suspiré. Deseaba que a Jake no le costara tanto compaginar con los Olivier, tenía entendido que al principio había tenido algunos problemas con mi familia así que, en verdad esperaba que todo esto se pasara pronto.

De mala gana regresé a la sala, saludé a todos con un rápido “Hola” y me senté en el piso a los pies de Alice y Jasper. Éste se dio cuenta de mi estado de ánimo y me dirigió una mirada preocupada. Para tranquilizarlo le tomé la mano y le dije que todo estaba bien, sólo un poco preocupada por Jacob. Me sonrió para infundirme ánimo y le devolví la sonrisa.

Sentí una mirada en mí. Ladeé mi cabeza en esa dirección y me encontré con los ojos curiosos de Josephine. Tenía una expresión muy graciosa, me reí por lo bajito y giré la cabeza.

- Pregúntale – le dijo papá , respondiendo a sus pensamientos.

Ella sonrió tímidamente y dijo:
- Por qué siempre haces eso??.

- ¿ Qué cosa? – pregunté confundida.

- Tocar la mano o mejilla de alguien .. es como si le estuvieras diciendo algo.

Me reí entre dientes.
- Es que les estoy diciendo o mostrando algo – dije con una pequeña sonrisa – Mira, te lo mostraré. – dije al tiempo de que me levantaba del suelo y me dirigía a su lado.

Me senté en en brazo del sillón blanco en el cual ella y Damián estaban sentados. Puse suavemente mi mano contra su mejilla y le dije que así era como a veces me comunicaba, seguido de un recuerdo cuando Emmett se cayó en un charco de lodo y salpicó a todos lados.
Acto seguido Josephine se rió melódicamente, a lo que todos – excepto papá – se nos quedaron mirando confundidos.

“ No digas nada, si no Emmett me va a matar”, le dije todavía con mi mano en su mejilla. Asintió con una pequeña sonrisa. Retiré mi mano y volví a mi lugar.

- Asombroso – dijo al cabo de unos segundos.

- Ya les contamos toda nuestra historia y tu historia – dijo Alice .- espero que no te molestes.

- Para nada Alice - le respondí mientras reía.

- Y creo que ah llegado su turno para contar su historia. – dijo con una sonrisa Carlisle.

- Bien, que les parece si empezamos por la de Josephine y mía – dijo Damián mientras agarraba a Josephine dulcemente por la cintura. El acento español era más marcado en él.
Me acomodé en la suave alfombra, esto prometía ser bueno …

lunes, 21 de septiembre de 2009

Recuperado. Cap.17

“Oh no esa es una mala señal” pensé mientras más lágrimas empezaban a caer por mi rostro.
Carlisle seguía examinando con cuidado a Jake. Algunas de mis lágrimas caían sobre su cálido rostro.

- Por favor Jake, tienes que despertar – le supliqué al oído – Por mí – la voz se me quebró.


Empecé a sollozar más fuerte y sentí unas frías manos que me apartaban de Jacob. Emmett me abrazó fuertemente y me acurruqué en su pecho, son dejar de llorar. Sentí una ligera punzada de tranquilidad proveniente de Jasper, pero no era suficiente para mitigar la angustia que a cada respiración crecía más y más.
Un recuerdo pasó como cometa por mi mente.

Una figura pálida que embestía a Jake.

Empecé a respirar entrecortadamente al comprender quien había sido aquella figura pálida. Ian.

De pronto me sentí demasiado asfixiada como para seguir en los brazos de Emmett. Me solté con un movimiento rápido.

Todo se puso extrañamente rojizo. Sentía mi garganta inflamada y tenía un extraño sabor a metal en la boca.

Si iba a hacer algo debía hacerlo ahora, no me podía arriesgar a Edward tuviera tiempo para detenerme.

Me alejé silenciosamente del lugar mientras intentaba pensar en otra cosa, cuando tuve suficiente ventaja por si se les ocurría ir por mí y frustrar mi plan empezé a correr.

Corrí lo más rápido que pude. Al tiempo que corría me dí cuenta de que en realidad no tenía un plan, pero era demasiado tarde, ya había llegado donde estaban los Olivier.

- Oh Ness! Que bueno que vienes!! Nos empezábamos a preocu…
Antes de que Damián pudiera terminar de hablar, me abalancé sobre Ian con un rugido gutural y los dos caímos al pasto.

Ví escrito el pánico en sus ojos. Sentía vibraciones en mi pecho debido a los pequeños rugidos que soltaba, había un extraño borde borroso en mis ojos que después identifiqué como lágrimas. No podía matar Ian, no era capaz de matar a alguien. Era demasiado débil.

Los ojos de los Olivier estaban abiertos como platos mientras nos observaban. Mi ira se convirtió en un profundo dolor y angustia. Me quité de encima suyo y me senté en la hierba con la cabeza entre las rodillas.

- Ness .. qué pasó?? – escuché la preocupada voz de Lucas

Alcé la cabeza para dirigirle una fugaz mirada de odio a Ian – a la cual él sólo bajó la cabeza – y volví a meter mi cabeza entre mi piernas para responderle:

- Jake ..

- ¿ Quién es Jake? - Preguntó confundido

Tomé su mano y le mostré el fugaz recuerdo que había tenido hacía unos minutos, después algunos recuerdos míos y de Jake.

- Oh – respondió sorprendido y apenado cuando solté su mano.

A velocidad vampírica Lucas les dijo a los demás lo que le había mostrado.
Unas frías manos me abrazaron cálidamente y la voz de una joven me dijo:

- Tranquila, vas a ver que todo está bien. No fue intención de Ian lastimar a tu novio.

Alcé el rostro y a pesar de las lágrimas que empañaban mis ojos pude ver los marrones ojos gentiles de la joven que antes me había hachado desodorante ambiental.

Me mordí el labio para reprimir un sollozo de dolor.

En ese momento escuché la voz de papá en mi oído. No me había dado cuenta de que ya me había alcanzado.

- Tenemos que acompañar a Carlisle a su hospital – me susurró.

- Tan mal está?? – pregunté con ojos reluciente por la alarma.

- Sólo le tienen que hacer unas radiografías – esbozó una sonrisa, pero esa felicidad no le llegó a los ojos.


Los días pasaban y Jake seguía sin despertar. Me mostraba un tanto recelosa con Ian, sabía que no había sido su intención , pero no podía evitar sentirme … herida.

El pequeño cuarto de Jacob se había convertido en una réplica de un cuarto de hospital – teniendo una temperatura de 42° todo el tiempo no podía estar en un hospital -. Me negaba rotundamente a separarme de Jacob.
Para mi mala suerte, Charlie – quién supuestamente era mi tutor- sólo aceptó justificar un día de falta a clases.

Regresé a la escuela sin mucho ánimo. Las clases pasaban con demasiada lentitud para mi gusto, y en vez de poner atención en lo que decía el maestro, su voz me servía de arrullo, varias veces estuve apunto de quedarme dormida.
A la hora del almuerzo Claire y yo nos sentábamos con los Olivier, aun que no éramos precisamente los mejores amigos, Claire y yo nos llevábamos bastante bien con Lucas.

Éra el cuarto día desde que había pasado un el incidente de la confusión y todo eso. Caminaba cabizbaja hacia el viejo Volvo – el cual ya no destacaba tanto entre el mar de coches - , cuando escuché que Claire gritaba junto a mí:

- No puede ser!!!! – seguido por un grito ahogado de alegría.

La miré confundida y después seguí el camino que seguía su mirada. Fue como un golpe al pecho que me sacó todo el aire. Sentí como una oleada de alivio y alegría me empapaban por completo. Allí estaba Jake, recargado sobre su Thunderbird color azul cielo con las manos metidas a los bolsillos, al verme sus ojos destellaron por la alegría y sonrió de lado a lado con una calidez impresionante, ésa era la sonrisa que me podía desbaratar por completo.
No pude hacer más que echar a correr en su dirección para abrazarlo con todas mis fuerzas. Cuando me estampé contra su cuerpo cálido puse mis brazos alrededor de su cintura y lo apreté con todas mis fuerzas.

- Auch! – se quejó. Rápidamente lo solté, preocupada de que le hubiera hecho daño.

- ¿ Qué pasó? ¿ Te hice daño? – pregunté repentinamente alarmada.

- Tranquila – dijo mientras me sonreía y atrapaba un mechón que se había soltado de mi floja coleta y lo ponía detrás de mi oreja. El cálido contacto de sus dedos hizo estremecerme – Todavía no estoy del todo bien – dijo al tiempo que se alzaba la parte derecha de su camisa a cuadros, dejando ver su piel cobriza cubierta por un vendaje a la altura de las costillas.

- Esta bien será más cuidadosa – dije mientras sonreía inocentemente.

Soltó una pequeña risita y tomó mi barbilla con su cálida mano, la lluvia nos estaba empapando pero no sentía frío pegada al cuerpo de Jake. Estábamos apunto de besarnos cuando escuché una voz poco familiar que me llamaba detrás de mí:

- Oh Ness?! Ness!!! – su voz de pronto emocionada, como si se hubiera alegrado de haberme reconocido.

Volteé automáticamente y en cuanto lo hice me arrepentí . Era Ivanna, quién con una seña de la mano me invitaba frenéticamente a que fuera con ella. Me mordí el labio y dije:

- Ahora vuelvo – mientas le daba unas palmaditas en le pecho a Jake.
Jake encarnó la ceja, esépctico de lo que estaba haciendo.

- Tal véz quiera hacer las paces.– le respondí, adivinando sus pensamientos
Me encaminé de regreso a la entrada del estacionamiento – la cual estaba techada -. Al llegar me dí cuenta de que algunas chicas miraban a Jake con los ojos abiertos como platos y casi babeando. Se me estrujó el estómago al verlas contemplar a Jake, miré pos encima de mi hombro a Jake, y la verdad … no se veía nada mal, parecía un modelo, recargado en su Thunderbird, con los brazos cruzados y empapado. Un escalofrío recorrió mi columna y me hizo volver a la realidad.

Volteé a ver a Ivanna, quien estaba a unos pasos de mí – obviamente lo último que quería hacer era mojarse y yo obviamente, estaba empapada-.

- Eh .. y bien – dijo en un falso intento de parecer agradable – quién ese chico?
Respiré profundamente para evitar responderle de una forma de la cual después me arrepentiría.

- Es un chico de la reserva el es …

- Ah.. me lo presentas?? – dijo interrumpiéndome con ojos brillantes del interés.

Me atraganté con mi propia saliva al escuchar eso, después no pude hacer más que reírme por lo bajo.

- Es mi novio – dije, remarcando el término “mío”.

Sus ojos me voltearon a ver, prendidos por la furia, cuando dije la palabra “mi” y “novio” en la misma oración.
Miré para otro lado y me percaté de las miradas confundidas de parte de Chris. Quise ir a preguntarle que le pasaba, pero en cuanto me acerqué a él, él se alejó de mí. No entendía nada. Ivanna seguía hablando pero para mí ya sólo era un susurro de fondo.

Le día Claire las llaves del Volvo, pues, no la iba a dejar caminar hasta La Push con un diluvio como ése.

Regresé junto a Jake y a la mitad del camino su semblante cambió y caminó rápido hacia a mí, me tomó fuertemente del brazo, tanto que me empezaba a lastimar, antes de que pudiera decir algo escuché que susurraba:

- Maldición, maldición, maldición!

Me zafé de su brazo y confundida le pregunté:
- Que sucede? – hasta ese momento no había notado que había dejado de caminar.

- Vampiros – escupió. Bien sabía que no se refería a los Cullen.

Sus manos le temblaban visiblemente y cerraba los ojos con fuerza, tratando de calmarse. Me metió por la fuerza al coche mientras caminaba en dirección a los Olivier, para su mala suerte justo hoy habían decido irse por el bosque.

- Noo!! Jake!! – le grité desde el coche, traté de abrir la puerta del copiloto, pero estaba cerrada con llaver, desde afuera.
Tenía que hacer algo. Tenía que pensar rápido. No podía permitir que Jake matara a los Oliver.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Heridos.Cap.16

- Noo!! – grité entrecortadamente cuando ví que mamá despegaba los pies lista para saltar y buscar el cuello de Damián.

Entonces yo salté a velocidad vampírica para apartar a Damián del camino de mamá.
En menos de un segundo sentí el paso húmedo bajo de mí y el gélido y pesado cuerpo de mamá agazapado encima del mío.
Estaba atrapada entre sus cuatro extremidades. Ví sus ojos encendidos por la furia y sentí su gélido aliento a unos centímetros de mi garganta.
Me sumía cada vez más en la hierba, deseado que la tierra se abriera y me tragara por completo.

Bella no tenía sed de mi sangre, sólo estaba bloqueada y no recordaba más que su objetivo. Matar al vampiro que estuviera enfrente.

Casi podía escuchar a Edward gruñendo en mi mente.
“ Te dije que algo saldría mal” su voz sonaba extremadamente fuerte en mi cabeza. Sentía que me palpitaba.

-Eeh … mamá – murmuré, cohibida por la furia que parecía haber derretido el oro de sus ojos – creo que no es a mí a quien quieres atacar.

Parpadeó unos instantes y con un gesto de disculpa me ayudó a pararme de la húmeda hierba.
Para mi mala suerte no había olvidado su objetivo completamente.
En cuanto estuve de pie me puso tras de ella ocultándome con su cuerpo y lanzó un gruñido gutural a Damián.

Me metí entre ellos dos – de nuevo – y extendí los brazos en ademán de pararlos, estaban tan juntos que podía tocar a ambos con las puntas de mis manos, esperando que eso fuera suficiente para lo que planeaba hacer.
Cerré los ojos y empecé a tratar de explicarle a cada quién lo que en verdad había sucedido. Fue confuso y difícil. Nunca había intentado comunicarle dos cosas diferentes a dos partes diferente. Traté de hacerlo lo mejor que pude y al parecer funcionó.

Mamá se enderezó pero tenía una mirada recelosa y cauta. Por en contrario Damián tenía la disculpa expresada en todo el rostro.

- Y bien, crees que ya puedas liberar a mi familia? – le dije a Ian después de que todos se tranquilizaron.

No estaba segura de qué don tenía Ian pero, estaba segura que era hipnotismo o algo parecido, debido a que dejó como piedras a los licántropos y a mi familia.

- Oh, si lo siento. – dijo. Cerró rápidamente los ojos y al cabo de unos segundos los volvió a abrir.

En cuanto lo hizo todos nos arrepentimos.
Una furiosa manada de licántropos y un clan de vampiros venían directo hacia nosotros, mejor dicho, ellos.

- Corran!!!! – les ordené a los Olivier –corran lo más que puedan, les avisaremos cuando esto se solucione!!.

Estaba segura que mi familia y la manada no se iban a detener a charlar civilizadamente.

Mamá y yo nos miramos por una fracción de segundo y sabíamos lo que debíamos de hacer. Detenerlos. Sabíamos que ellos iban a correr hasta el fin del mundo si fuera necesario para atrapar a los Olivier.

Corrí en la dirección de donde venía la manada y me paré enfrente de ellos. Venían corriendo a fácil unos 150 km/hra.

Con un movimiento ágil, Sam – era quien iba a la cabeza – me tomó por el cuello de mi camisa y me subió a su lomo.

Me sujeté con fuerza y empecé a pasar una pequeña película sobre lo que había pasado en su ausencia.

Sabía que la mente de los licántropos estaba conectada así que de ese modo, todos verían mi explicación.
Con un movimiento brusco nos paramos en seco. Por la velocidad a la cual íbamos, casi me caigo del lomo de Sam.

Por suerte parecía haber terminado. Me giré para ver donde estaba mi familia y también parecía calmada. Aunque Jasper y papá seguían mostrándose en parte escépticos. A veces eran demasiado tercos.

Noté que faltaba un lobo en la manda. Los conté con la vista dos veces. Vi a todos los lobos, excepto uno. Mi corazón empezó a latir más rápido de lo normal, tanto que pensé se iba a salir de mi pecho. Jacob.Una sensación de pánico me inundó de pies a cabeza.

- Jacob! – murmuré para mí misma y empecé a correr tan rápido como pude hacia el lugar donde había visto a Jake por última vez.

- Tranquila, tranquila – dijo Sam agarrándome por la cintura.

- Que esté tranquila!!??, no sé que le pasó a Jake! Cómo quieres que esté tranquila?? – le grité.

Me liberé de sus cálidos brazos y empecé a correr de nuevo, una silueta a lo lejos me asustó.

Me acerqué más y más, sólo para horrorizarme por lo que tenía enfrente de mí.
Jake, estaba tendido en el pasto, - en su forma humana - al parecer inconsciente y Carlisle a su lado.

- Oh no, no , no , no ,no – comencé a sollozar antes de llegar a su lado .
Carlisle me miró con gesto de preocupación cuando veía que me aproximaba a ellos.

- No, no , no – seguía sollozando al llegar a ellos – Jake, no , no, por favor, despierta. – dije mientras las lágrimas empezaban a caer por mis mejillas y tocaba la cálida mejilla Jake.

- Ness, creo que no deberías de estar acá. – dijo Carlisle con un tono tranquilo, pero no pudo evitar que la preocupación se reflejara en su rostro.

“Oh no esa es una mala señal” pensé mientras más lágrimas empezaban a caer por mi rostro.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Confusión.Cap.15.

Después todo pasó muy rápido. Fuéron cómo imágenes fijas en mi mente.
El sonido semejante a dos rocas chocando.
Jake embestido por una figura pálida.
Un vampiro agazapado, dispuesto a atacar, rodeado de ocho licántropos listos para hacerlos pedazos.
Y unas frías manos que intentaban alejarme del lugar...

- Vamos Ness, levántate – dijo una voz junto a mi mientras intentaba pararme del suelo.

No reconocí esa voz. No era de nadie de mi familia. No veía más que aquel círculo de licántropos listos para atacar. El bosque, la mansión, el cielo de noche y todo lo demás se habían esfumado alrededor de mí, para sólo ver nítidamente a los licántropos.


Las manos gélidas seguían jalándome. Yo no ponía esfuerzo en contra, era como una muñeca de trapo. Con un ágil movimiento me levantaron del suelo para ponerme en el hombro del mismo dueño de las manos. Empezó a caminar, después a trotar, para al final, correr.

El vampiro y los licántropos se alejaban cada vez más de mi. Con un movimiento relajado en vampiro se enderezó, cerró los ojos durante unos segundos y después los abrió.

Salió de entre el círculo de licántropos con un ágil salto. Ellos no hicieron nada, parecían estar congelados en su lugar.
Corrió hasta emparejarse con nosotros, siguieron corriendo conmigo a cuestas durante lo que seguramente fueron unos segundos, aun que a mí me pareció una eternidad.

Llegamos a un prado que estaba antes de de una mansión, la cual tenían un estilo de cabaña. La fachada era de corteza de árbol, rugosa. Me daban ganas de tocarla. Tenía ventanales enormes, donde dentro se podía ver una acogedora sala con sillones blancos y piso de madera color miel.

Las duras manos heladas volvieron a bajarme al piso para ponerme de pie. Estaba como que en sock. Mis pies y piernas no me respondían , eran como si no estuvieran allí, bajé la mirada y comprobé que las seguía teniendo pegadas al torso.
Las gélidas manos me tomaron por lo hombros y empezaron a arrastrarse por un pequeño sendero que dirigía a la puerta de la gran cabaña. No pude más que tropezar unas cuantas veces. No acaba de aclararme la mente.

- Creo que le haz hecho daño – le reprochó la misma voz que me invitaba a párame, hacía unos segundos.

- Bah, se le quitará en unos minutos – le respondió un chico.

Fijé mi vista en el segundo chico y me pude dar cuenta que era el vampiro que estaba agazapado entre los lobos.

- Ian Olivier! – grité, al reconocer su rostro.

Se limitó a mirame con una expresión confundida y le dijo al chico que me agarraba por los hombros:

- Creo que ya esta mejor.

Nos detuvimos en seco. No podía apartar la mirada de Ian. Sabía que era un vampiro, pero no sabía que era capaz de atacar a un licántropo. El primer chico – a quien todavía no reconocía – se puso delante de mí y bajó hasta estar a mi altura.

- Ness, escúchame, estás bien? – preguntó con preocupación mientras tomaba mi barbilla y giraba mi cabeza hasta verlo de frente.

Me sentía mareada y confundida. Todo me daba de vueltas.
Tras pestañear varias veces para quitarme la sensación borrosa en mis ojos logré ver quién era. Era el chico al cual hace unos días consideré guapo.

- Lucas Olivier?! – pregunté en una extraña mezcla de confusión y alegría.

- Creo que ya estás mejor – me dijo con una sonrisa.

- A Josephine no la va a gustar nada esto .. – dijo con Ian con una nota de macabro en su voz.

- Lo sé, A Damián tampoco, pero qué podíamos hacer?? Dejarla allí con ese licántropo??.


La sensación de mareo y confusión empezó a invadirme de nuevo. Me tambaleé, pero por suerte Lucas me tenía agarrada de un hombro.

- Será mejor que entremos de una vez por todas. – dijo Ian.

Empezamos a caminar hacia la mansión y antes de que pudieran abrir la chica que había visto subir con ellos a su coche abrió la puerta.
Sus ojos estaban prendidos por la furia.

- Éres un estúpido Lucas!!! – le gritó a todo pulmón, para después estampar la puerta.

- Yo mejor me voy de aquí – dijo Ian, mientras se escabullía por un lado.

- Aquí vamos.- dijo Lucas suspirando.

Se paró enfrente de la puerta y me ocultó con su cuerpo. Abrió lentamente la puerta y pude ver a tres personas en la sala – una sentada con gesto de enojo y otras dos paradas junto a un sillón blanco-.

- Bien, y ahora que hiciste Lucas?? – preguntó un hombre con una voz que reflejaba seriedad.

- Nada malo, Nada malo – se apresuró decir – yo sólo …

- Uhg!! Esa cosa apesta a licántropo – lo interrumpió la voz de la chica que le había cerrado la puerta en la cara.

- Cállate Bianca!! – murmuró Lucas.

Con un jalón logré librarme de la mano de Lucas y salir detrás de él. Salí volando y caí de sentón. Los ojos de los dos jóvenes adultos estaban abiertos de par en par y me miraban fijamente.

Una jóven de rizos dorados – aproximadamente de 25 años- se tapó la nariz y dijo:

- Denme un segundo – mientras salía a la parte trasera de la casa.

- Me harías el favor de explicarme esto – dijo el hombre con la ira centelleando en sus ojos.

- Eeh .. pues ella es la chica del colegio que te dije que olía entre vampiro y licántropo y pues .. – dijo inseguro Lucas – Ian y yo fuimos a ver si algún vampiro o licántropo no estaba rondando su casa. Seguimos su olor y la encontramos debajo de un licántropo, estaba pidiendo ayuda asi que nosotros…

Un momento. ¿ Yo atacada por un licántropo?, ¿Yo siendo atacada por Jake?. Con movimientos tambaleantes me logré parar, caminé hasta quedar enfrente de Lucas y antes de que pudiera decir algo el hombre habló:

- Sabes lo peligroso que es meter a un humano dentro de nuestras vidas?!?

- Lo sé Damián, pero esta en peligro! No la iba a dejar alli!!, además estaba cerca de la casa de unos vampiros.

Antes de que alguien pudiera decir algo, o siquiera emitir un sonido, un golpe sordo retumbó a las afueras de la cabaña. Corrí hacia el gran ventanal para ver lo que estaba sucediendo afuera. Antes de que pudiera asomarme unos brazos me agarraron por la cintura y la voz de Lucas sonó en mi oído.

- Espera, no es seguro.

- Qué no es seguro?! – por fin, en el tiempo que llevaba adentro de la casa logré hablar. En mi voz se distinguió un punto de histeria – tengo que ir con ellos!!

Lucas me miró atónito. Movió la cabeza en señal de desaprobación y me jaló – literalmente – hasta llegar donde estaba Ian, el cual me tomo entre sus brazos de hierro, sin posibilidad de escapar.

Lucas se asomó con cuidado a la ventana y se volvió rápidamente con el rostro pálido y los ojos como platos.

- Vinieron a reclamar a su presa.

- Yo no soy su presa!!! – grité mientras intentaba zafarme de los brazos de Ian. Probablemente a esta punto lo más normal de la parte de los Olivier sería pensar que estaba loca.

- Hay, niñita, se ve que no tienes idea de lo que pasa a tu alrededor – dijo el hombre que decía ser Damián.

Hasta ese momento no me había fijado que todos excepto Ian, tenían un ligero acento español.

Ignoré a Damián y le dije a Lucas:

- Mira asómate de nuevo, el de rizos negros, ese el grandote, es la persona más dulce que puedas conocer. – dije, moviendo la cabeza en dirección a la ventana.

Lucas hechó un vistazó y se volteó a verme con la ceja encarnada. Tal véz Emmett no tuviera el mejor aspecto en este momento pero valía la pena intentar convencerlo. Y antes de que me pudiera responder sonó la voz de Carlisle desde afuera:

- Bien. No queremos pelear, sólo dennos a la chica y los dejaremos – hablaba con una nota tranquila, pero a la vez amenazante. No habia escuchado ese tono desde nuestro encuentro con los Vulturis.

En ese momento llegó la jóven de cabellos rubios y aspecto gentíl con un aromatizante en la mano. Hechó un poco el ambiente y se destapó la nariz.

- Lo siento hija, es que hueles un poco mal.

- Como si eso sirviera – murmuró Bianca.

- Bien , acabemos con esto – dijo en tono cansado Damián – y después usted jovencito tendrá que darle algunas explicaciones a esta señorita – le dijo a Lucas mientras me señalaba.

Ian, Bianca, Damián y la joven de rizos rubios subieron por las escaleras de caracol a velocidad vampírica, dejándome en los brazos de Lucas. En unos segundos se escuchó otro golpe sordo.

- Vamos, allá arriba estaremos más seguros.

Subimos por las escaleras de caracol hasta llegar a una estancia en el segundo piso, donde había una ventana rectangular que cruzaba la habitación, dando vista a la pradera donde esta mi familia y los Olivier.

Me quedé congelada en la ventana. Nunca había visto a mi familia en un aspecto tan feroz y amenazador. Incluso la dulce Esme me daba miedo.
Lucas me jaló lejos de la ventana, seguía confundida, en un estado de trance. Me sentó en un cómodo sillón y me dijo:

- Mira, nosotros no somos … normales. Pertenecemos a una … especia, si así se le puede decir, diferente a los humanos…

- Sí, sí, ya lo sé. Son vampiros – le solté sin más. Lo único que quería era regresar con mi familia.

Se quedó congelado de cuclillas y aproveché para ir corriendo a la ventana. La abrí sigilosamente y medí la distancia que había del segundo piso al suelo. Era alto, pero al parecer sí podía caer sin ningún problema.
Estaba subiendo el íe al marco de la ventana cuando Lucas me jaló de la cintura y me tiró al suelo.

- Que crees que haces??? , te puedes matar, eres sólo una humana!!! Y si llegas a sobrevivir no dudes en que esos vampiros te comerán.

- Primero, no soy humana, al menos no completamente y segundo, no me van a comer, ellos son mi familia!! – le grité en la cara con una marcada nota de histeria en la voz.

- Eres una humana, oigo el latido de tu corazón, más fuerte que lo normal, pero eso es por tantas emociones – me dijo Lucas obstinadamente.

Suspiré cansada de discutir. Puse mi mano sobre su fría mejilla y empecé a pasar imágenes de todo tipo, como una película en mi mente. Desde que tenía memoria, hasta los días recientes. Se quedó paralizado mirándome con los ojos como platos. Sin pensarlo corrí hacía la ventana, me paré en el marco y salté.

Con un golpe sordo aterricé a salvo. Antes de que pudiera correr hacia mi familia y alejarme de aquel infierno Bianca movió ligeramente los brazos y un terrible viento nos sacudió a todos. Vi una especie de ondas de expansión chocar directamente contra mi familia y hacerlos volar algunos kilómetros atrás. Cuando intentaban pararse de nuevo Ian cerró lo ojos y no se movieron más.
Un grito ahogado salió de mi garganta y una oleada de pánico y confusión atravesó mi pecho.

Los Olivier se volvieron hacia mí, que estaba sentada en la húmeda hierba, no sé que expresaría mi rostro pero se pusieron pálidos. La boca me empezaba a saber a metal y todo se volvió de un color rojizo.
Los músculos se preparaban para atacar.

En eso ví una figura pálida con cabello castaño , -la cual después reconocí como mi madre,- saltar encima de los Olivier para quedar entre ellos y yo.
Los Olivier soltaron un rugido gutural, al cual Bella respondió con uno más amenazador.

Ambos se agazaparon listos para atacar. Nos ganaban en número.

- Noo!! – grité entrecortadamente cuando ví que mamá despegaba los pies lista para saltar y buscar el cuello de Damian.
Entonces yo ..

viernes, 11 de septiembre de 2009

Ataque. Cap.14

Continué examinado las facciones de aquel chico. Parecía estar una especie de trance hipnótico o algo así. El profesos seguía hablando, al parecer sobre los chicos del frente, pues todavía no los había mandado a sentar. Para mí ya sólo era un murmullo de fondo. Sentí un ligero dolor en mis costillas derechas. Me giré levemente y Claire me miraba confundida, le toqué ligeramente la mano y le dije: “Después te explico”.

Regresé a mi posición y me di cuenta que los chicos ya no estaban. Una ligera punzada de pánico subió por mi columna, para después darme cuenta que se habían sentado a unos pupitres por enfrente nuestros. No alcanzaba a ver al chico de piel pálida, pero sí al que se decía ser su hermano. Lo empecé a observar detenidamente. Tenía un rostro amigable, labios delgados, ojos azul claro y cabello castaño claro despeinado. Tenía que aceptarlo. Era guapo.

Al entrar a la cafetería, a la hora del almuerzo los busqué con la mirada. No había rastro de ellos. Confiaba lo suficiente en mi salud mental como para decir que eran reales, que no habían sido producto de mi imaginación.

No probé bocado. Me costaba trabajo pensar en otra cosa que no fueran esos chicos. Se suponía que eran hermanos, así que el otro también tendría que serlo. No creo que un vampiro en su sano juicio se atrevería a vivir con humanos, por más experto que fuera.

Me sentía mal por Claire. Al parecer ni se imaginaba lo que pasaba por mi mente en esos momentos, pero no quería asustarla, el más indicado para decirle si había más vampiros o no en Forks era Quil.

Por suerte las clases se pasaron rápido.

A la salida de la escuela, mientras iba caminando hacia el Volvo, iba cavilando sobre los chicos nuevos. Alcé la vista y vi una Audi MQB rojo, de aspecto felino, destacaba entre el mar de coches grises y negros del estacionamiento.

Estaba aparcado cerca del Volvo. Con el pretexto de subirnos al coche, Claire y yo nos acercamos para verlo mejor. Definitivamente este no era un coche que había visto antes, tenía que ser de los Olivier.
Me senté en el lugar del piloto, y al cabo de unos minutos pude ver por el retrovisor que iban caminando hacia el Audi rojo los hermanos Olivier. Me sorprendí al ver que también los acompañaba una chica mayor que ellos, lo más probable era que estuviera un año mayor que nosotros. Tenía cabello que le llegaba debajo de los hombros, era de color castaño, pero se iba decolorando hasta llegar al color miel en las puntas, tenía una mirada severa, creída, como si valiera más que los demás. Tenía maquillaje y rubor en el rostro para ocultar su palidez. Al igual que el otro chico, Ian, tenía ojeras amoratadas y ojos color marrón. Se subieron al coche con gran agilidad y salieron disparados hacia la carretera.

Dejé a Claire en la reserva, pero en vez de regresar a la mansión en medio del bosque decidí ir tomar un poco de aire. No quería preocupar a mi familia por esto.
“Tal vez sólo una coincidencia “, me dije a mi misma mientras me sentaba en un tronco que estaba cerca del río que pasaba por la mansión.

Decidí pensar en otra cosa, pues no quería que papá se enterara. Estaba casi segura que iba a exagerar todo. Inhalé y exhalé acompasadamente unas veces y regresé al Volvo. Empezaba llover. Al llegar a la casa unas gotas cristalinas me cayeron en las mejillas, subí la vista y sabía que estaba a punto de llover. Si Emmett seguía aquí esta tormenta nos garantizaba un buen rato de diversión.
Entré emocionada a la casa en busca de un poco de lodo y diversión con Emmett, pero no encontré a nadie.

Empezó a llover con más fuerza. Tendrían que llegar en algún momento, aun que sean vampiros eso no significa que les guste andarse mojando por allí.
Estaba en la sala, haciendo zapping en la tele, haber si encontraba algo bueno. Escuché las fuertes risotadas de Emmett viniendo desde la cocina, seguido por algunos quejidos de golpes.

- Be.. Bella... pero fue... demasiado... gracioso – decía Emmett, haciendo pausas debido a la risa -.

A lo consiguiente mamá le dio un zape en la cabeza, al igual que papá.
Entré a la cocina con un salto juguetón y no pude evitar que se me escapara una risilla al ver a mamá.

Estaba llena de lodo de los pies a la cabeza, tenía todo el cabello apelmazado y enredado.

Esme, Carlisle, Alice, y los demás se veían como el después de un comercial para shampoo, pero mamá parecía más el antes del comercial.

Por el aspecto de mamá no llegué notar que se veían cansados – aun que para un vampiro eso es imposible, había aprendido a diferenciar, cada minúsculo cambio de su aspecto – sus ojeras se habían hecho más obscuras y pronunciadas y su tez se había hecho pálida como la leche.

- ¿Qué les pasó? – les pregunté con preocupación.

- Pasamos toda la noche y lo que va del día tratando de encontrar el punto donde se crucen los efluvios, pero al parecer son muy buenos en este juego de confundirnos – explicó Carlisle.

- Buenoo... por podemos con ellos!! – dijo en tono animado Emmett, en respuesta todos le mandaron una mirada de “Cállate”. Me mordí el labio inferior para evitar reírme.

- Bueno Emmett … que te parece si te reto a una pequeña lucha allá afuera – dije tratando de cambiar el tema de conversación.

- Crees que me ganes pequeñita?? – me retó, enarcando una ceja.

- Quieres apostar?

- Cinco a Ness – escuché que papá murmuraba con Rose detrás de nosotros.

- Diez a Emmett – lo contradijo Rose. En este juego no se trataba de diez o cinco dólares, si no de diez o cinco mil dólares. Así eran las reglas de la casa, si ibas a apostar, te ibas a los miles. Incluso una vez Jasper y Alice habían llegado a los millones.
Esme les lanzó una mirada furibundo, a lo que Rose y Edward sólo bajaron la mirada. Esme odiaba que apostaran, pero aveces era inevitable.

Salimos dispuestos a divertirnos un rato. Había un charco de lodo gigante en medio del patio.

- Aquí!! – grité emocionada.

El mal hábito de andarme revolcando en el lodo con Emmett, me lo había inculcado él mismo desde que era pequeña, nos gustaba correr y jugar en el lodo. Nos habían regañado mil veces por hacer eso – especialmente Rose y Alice - Pero al final terminaron por sólo aceptarlo.

Emmett se regía por la fuerza física, yo, por la astucia y agilidad. Tal vez no era la mejor luchadora en el mundo, pero con ganarle Emmett y cuando tenía suerte a Jasper o papá era suficiente para mí.

- 1, 2 , 3 – contó Esme, mientras le hacía una llave a Emmett que lo dejaba pegado al suelo, en este caso, lodo.

- Si!! – grité cuando declararon que yo había ganado. – suerte para la próxima tiíto – le dije a Emmett mientras le daba unas palmaditas en la espalda.

Regresé a la casa montada de caballito en Emmett, me metí directo a bañar. Tenía lodo incluso en mi ropa interior. Al salir me puse un pants cómodo y abrigador. Mientras me vestía escuché la ronca voz de mi licántropo favorito. Entusiasmada bajé corriendo las escaleras, sólo para quedarme congelada al ver el aspecto de Jake.

Tenía unas ojeras gigantes y el rostro demacrado, parecía no haber dormido en días. Al verme una chispa de alegría corrió por sus ojos y se estacionó allí. Corrí a abrazarlo y le susurré:

- Hace cuantos días que no duermes?? – todavía enganchada a su cuello.

- Ness .. deja de preocuparte por mí si? – me dijo con una sonrisa cálida.

- Me preocupo por ti por que te quiero.

Me respondió un cálido pero corto beso. No debía olvidar que la mayoría de mi familia y la manada estaban allí.

- Esta noche vas a dormir con migo – le dije.

- ¿¿¿¿ Qué ,Qué????? – respondieron todos al unísono.

Antes de que pudiera explicar algo Emmett dijo:
- Hey vamos, ya están lo suficientemente grandecitos no creen??
Papá lo volteó a ver con sacando humo.

- Esta bien, me callo – susurró Emmett.

- Sólo para dormir – expliqué. Todos soltaron un suspiro de alivio cuando escucharon esas palabras.

La noche pasó rápido junto al cálido cuerpo de Jake, quien por el cansancio, ni se movió.


Una brillante luz plateada que entraba por las grandes ventanas de mi cuarto me despertó. Me acerqué a la ventana para poder ver bien. Sol. Un cálido y brillante Sol. Hoy no podría ir a la escuela. No brillaba tanto como mi demás familia, pero aún así no podía exponerme a que alguien descubriera nuestro secreto … y se lo tomara en serio, claro.

Aprovechamos ese día para que Mamá, Papá , Jake y yo fuéramos a visitar a Charlie. Era un viernes, todo iba a estar tranquilo, así que no creo que no le permitieran salir temprano del trabajo.

Llegamos a la casa de Charlie un poco antes de la hora de la cena. Entramos a la casa y todo el lugar olía delicioso, incluso para mí.

- Hola abuelo – saludé a Charlie – Hmm que rico huele qué es??

- Hola Ness, me da mucho gusto verte, has crecido más o es mi imaginación? – me preguntó con una sonrisa cálida.

- Es tu imaginación – respondí divertida, bien sabía que ya no iba a crecer.

- Pasen. Sue está en la cocina – dijo después de saludar a los demás.

La relación de Charlie y Sue se había formalizado unos años después de mi nacimiento. Me alegraba que las heridas de Reneé había dejado en Charlie empezaran a sanar, además Sue era una persona adorable.

- Cómo están Leah y Seth? – pregunté mientras cenábamos.

- Bien gracias, deben de estar camino para acá- respondió Sue.

Hacía tiempo que Leah había cumplido su promesa y cuanto se terminó todo, fue libre de marcharse, Seth la siguió, por que al final de todo, seguía siendo su hermana. Me alegró que vinieran, hacía demasiado tiempo que no los veía. Seth era como mi hermano menor, incluso hasta a papá le caía bien.

Jake y yo fuimos los primeros en regresar. Mamá y papá se quedaron un rato más con Charlie y Sue, platicando anécdotas graciosas y riendo.

Llegamos a la pradera que estaba cerca de la gran casa blanca. De pronto no sentí la cálida mano de Jake junto a la mía. Me giré pero no podía ver nada, aunque la luz de la mansión alumbraba la pradera no veía a Jake por ningún lado. En eso sentí que alguien me tiraba al pasto desde atrás. Solté un grito ahogado, pero me relajé al ver que era mi lobo color rojizo favorito.
- Eres un tonto – dije en tono de broma mientras estaba tirada en el pasto, aprisionada entra sus cuatro patas.
Pude ver cómo encarnaba el lugar donde estaría su ceja y empezó a lamerme con su gigante lengua sin parar.
- Ooh no!! Un lobo me ataca auxilio!! – empecé a dar falsos gritos de ayuda mientras me reía.

Después todo pasó muy rápido. Fuéron cómo imágenes fijas en mi mente.
El sonido semejante a dos rocas chocando.
Jake embestido por una figura pálida.
Un vampiro agazapado, dispuesto a atacar, rodeado de ocho licántropos listos para hacerlos pedazos.
Y unas frías manos que intentaban alejarme del lugar...

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martes, 8 de septiembre de 2009

Demasiado familiar. Cap. 13

Regresee!!!!! Lo siento lo siento en verdad x no haber postado nada en estos ultimos dias, pero es que yo no tengo comp. Propia ¬¬ y la tango que compartir con mi hermano ¬¬ pero esta semana y la anterior no ah hido al gimnasio así que se la ha pasado aquí molestándole ¬¬ lo siento en verdad!!! :’( aquí esta el cap.


Al finalizar el día, Quil nos fue a recoger a la escuela en el Thunderbird de Jake, lo cual me sorprendió un poco.


- Hola Quil – saludé al subir en el asiento trasero del coche. Claire también lo saludó, pero a diferencia de mí, como saludo le dio un beso en la mejilla.

- Hola chicas, eehh.. Jake no pudo venir por que Sam lo necesitó. – nos avisó- ya ven que con eso de que es el segundo al mando ..- empezó a protestar Quil.

- Aah , por lo del nuevo efluvio?? – pregunté para tratar de distraerlo.

- Si, se ah hecho más fuerte, al parecer no sólo es un vampiro si no más.

La conversación se fue transformando hasta llegar el tema de mi primer día de escuela.

- Y bien, que tal te fue en tu primer día de escuela Ness??

- Eeh .. bien – le mentí.

Claire se volteó para mirarme con ojos acusadores y yo desvié la mirada un poco intimidada.

- Es su primer día y Claire ya conoció un chico – acusó Claire.

- No es cierto! Solo evitó que me cayera y ya. – dije un poco enfadada.

- Así que aparte te salvo la vida eh Ness?? – me dijo Quil con un sonrisita maligna.

- No le gusté! – les grité a ambos.

- Bueno esta bien … a Jake le encantará oír esto – amenazó Quil con una risita malévola.

- Ni si te vaya a ocurrir decirle una palabra a Jake!!! – le advertí seriamente.

Nadie dijo una palabra más a partir de ese punto. Me dejaron en la escalera de la gran mansión. Se despidieron con un rápido movimiento de la mano y salieron. Entré a la casa y al parecer estaba vacía.
Fui al jardín trasero y estaban todos regresando del bosque.

- Qué pasó? – pregunté con curiosidad.

- Más vampiros – respondió Jasper.

- Captamos otro efluvio, aparte del anterior, al parecer no sólo es uno. – completó Carlisle .

Todos se veían tensos, ni si quiera el don de Jasper podía calmarlos.
- Y bien .. no me van a preguntar cómo me fue? – dije, tratando de cambiar el tema.

- Aaah si .. ¿ qué tal te fue? – me preguntó mamá. Al parecer había interrumpido el hilo de sus pensamientos.

- Pues bien, no puedo esperar a los próximos días – respondí con una enorme sonrisa.

Después propuse ir a cazar un rato para distraernos. Llegamos a Goat Rocks en menos de una hora corriendo. Emmett encontró a un oso, nos divertimos al ver cómo lo provocaba y orgullosamente esquivaba sus ataques. Y o preferí por algo simple, una venado. Estaba cansada como para andar persiguiendo a un puma o algo más difícil.

Era viernes, ya habían trascurrido algunos días desde que entré a la escuela, me empezaba a acostumbrar a. A los horarios, a las tareas, a que la gente nos evitara en el amuerzo y en casi todas las demás horas, y demás. En esos días yo había estado manejando el viejo Volvo, pues, toda la manada y mi familia estab ocupadas con el asunto del efluvio nuevo.
En clase de Literatura teníamos que hacer un trabajo por parejas de William Sheakespeare.

- Quieres ser mi pareja? – se ofreció amablemente Chris, se lo agradecí pues, al parecer en la clase no era la “chica más solicitada” que digamos. Tal véz que fuera una Cullen tenía algo que ver, pero a él parecía no importarle.

- Si, muchas gracias. – hasta ese día no había tenido mucha oportunidad de hablar con Chris, se la pasaba solucionando problemas de Ivanna la cual sólo me lanzaba miradas hostiles.

- Oye, lo siento de nuevo por lo que pasó unos días con Ivanna – se disculpó de nuevo.

- Si, pero hay algo que no entendí, por qué me dijo “ Po qué seas una Cullen no significa que te pertenezca la escuela” – pregunté con verdadera curiosidad.

- Pues verás .. cuando llegamos, al parecer tomamos el puesto que había dejado tu familia, ya sabes, popularidad y todo eso y al parecer a Ivanna le encantaba todo esa atención. Pero cuando se esparció el rumor de que alguien de la familia Cullen hiba a volver a esta escuela, todos se olvidaron de Ivanna y comenzaron a preguntarse quién iba a ser. Y también lo del accidente con el almuerzo no fue de mucha ayuda para tranquilizar a Ivanna .. y también hay algo más … - esperé un momento pero no dijo nada- no sabes qué? Olvidalo!, es demasiado estúpido.

- No, anda dímelo – lo animé.

- Bueno pues .. decían que tu familia eran vampiros o algún tipo de monstruo así – al decir eso soltó una ligera risita, pero yo me quedé congelada. Lo bueno era que no se lo tomaban demasiado en serio.

- Si .. muy estúpido – agregué con hilo de voz y poco convencida.


Al mes de haber entrado a la escuela, el profesor de Historia hizo un anuncio.

- Bueno, les quiero informar que hoy llegan dos alumnos nuevos – dijo al tiempo que hacía pasar al frente a dos chicos – Lucas e Ian Olivier, por favor denles una calurosa bienvenida.

Examiné detenidamente los familiares rasgos de uno de los chicos. Al parecer se dio cuenta de mi inquisidora mirada y se engarzaron nuestras miradas. Me quedé atrapada en sus obscuros ojos. Había algo en él que se me hacía familiar … demasiado familiar…

jueves, 3 de septiembre de 2009

Almuerzo volador. Cap.12

Espero que no todas la clases sean así ..- le susurré a Claire mientras salíamos de la pequeña oficina.

La primera clase que me tocaba era Historia. Con una rápida explicación de Claire pude llegar al salón correcto, pero tarde.


Al entrar el profesor me dedicó una mirada fulminante y sólo me dijo:
- Su pupitre es el de allá señorita. Espero que no se vuelva a repetir su llegada tarde, de acuerdo??

- Si, lo siento – dije tímidamente.

Me senté en un pupitre mientras un par de ojos curiosos me miraban. El profesor empezó a pasar lista de nuevo. Conforme pasaba lista los alumnos alzaban la mano y decían “Presente” o “Aquí”, al llegar mi turno se detuvo un poco antes de leer mi nombre en voz alta, al parecer también se sorprendió.

- Reneesme Cullen – sólo me habían inscrito con parte de mi nombre.

Casi todo el salón se volteó al verme con los ojos como platos. Algunos trataban de hacerlo discretamente, pero algunas otras miradas eran totalmente descaradas, como si yo fuera alguna especie de celebridad o algo así.

La clase transcurrió, estábamos viendo La guerra Civil de Estados Unidos, sabía bastante de ese tema gracias a Jasper, que parecía un muñequito de cuerda cuando hablaba del tema, le dabas cuerda y tardaba en parar. A Alice no le gustaba mucho que le diéramos cuerda por que siempre que hiba a hablar del tema se ponía una bandana en la cabeza – según Alice se aplastaba el cabello - y empezaba a cantar en himno nacional subido en alguna silla, pero eso no era lo peor, después se ponía a marchar todo el día en el jardín durante una semana completa.

Al terminar la clase al parecer nadie tuvo el valor de acercarme a hablarme, eso fue un alivio para mí, pues no estaba segura de saber socializar con gente “normal”.

En las siguientes clases fue igual, excepto en Literatura, hubo un chico que casi la clase entera se la pasó mirándome , la verdad me cohibió un poco, pero después pude recordar que era el chico de ojos azul profundo y rizos negros que había visto en la oficina.

Por suerte en Biología me tocó como compañera de mesa Claire. Descubrí que la única forma de comunicarme con ella, sin que nos sacaran del salón por hablar, sería a través de mi don. Le tocaba ligeramente la mano y le transmitía lo que pensaba, a veces ella me respondía con un asentimiento o con una pequeña risita cuando le mostré lo de Jasper y sus extrañas costumbres.

Llegó la hora del almuerzo. Claire y yo hicimos fila para comprar nuestra comida, en este tema no tenía problema, prefería la sangre, pero la comida estaba bien.
Estaba un poco intimidada por todas las miradas curiosas que nos seguían. Estaba tratando de ignorarlas y de platicar con Claire mientras buscábamos una mesa en dónde sentarnos. De pronto sólo sentía que me resbalaba y caía de espaldas, por instinto tiré mi bandeja de comida para intentar sujetarme de algo, pero por suelte una manos en mi espalda evitaron que cayera al piso. Era el chico de la clase de Literatura, era él quién me sostenía.Bajé la vista para ver con qué me había resbalado y me di cuenta de que era soda tirada, le dediqué una mirada de odio. Después me incorporé y dije:

- Gracias … - mientras sonreía tímidamente

- De nada – me dijo con otra sonrisa – Me llamo..

En ese momento se oyó un grito agudo y espeluznante que veía de atrás de nosotros, todos en la cafetería se volteron para ver de donde provenían ese grito, y lo que ví me dio un poco de risa, pero la pude contener.

Era una chica, al parecer de mi clase, rubia, alta delgada y maquillada, se veía como el prototipo de niña rica y consentida.

Tenía gran parte de mi almuerzo encima de ella, era ella quién había gritado. En menos de lo que me pude dar cuenta todos los chicos de la cafetería estaban carcajeándose de ella, Se limpió un poco de ensalada de su cara y se dirigió directamente a mí con una fulminante mirada de odio.

- Tu!! – dijo mientras me señalaba con su dedo con manicure y le goteaba yogurt de su cabello– tú me hiciste esto!!.

- No .. no fue a propósito – le respondí.

- Este abrigo cuesta más de lo que tú puedes pagar niñita!! – me amenazó, “ si tan sólo supiera” , pensé.

- Vamos Ivanna – dijo el chico de ojos azul profundo interponiéndose entre nosotras dos – fue sólo un accidente.

- Sólo por que seas una Cullen no significa que la escuela te pertenezca!!! – me amenazó ignorando al chico.

Se alejó haciendo berrinches y hablando sola. Me quedé paralizada viendo cómo se hiba cuando escuché una voz detrás de mí.

- Oye, lo siento por el comportamiento de Ivanna, en verdad se pasó.
Mi giré y quien me estaba hablando era el chico de cabello rizado.

- Eeh .. no te preocupes no fue tu culpa .. y gracias por salvarme – agregué con una sonrisa.

- Es que ella es mi … hermana – dijo con pesar.

- Tu hermana?!? – dije atónita.

- Bueno hermanastros, más que nada. Por cierto me llamo Chris – me dijo teniéndome la mano.

- Ness - le dije estrechándole la mano-.

- Uy si que estás fría. – dijo retirando su mano con educación.

- Eeh .. si , es de familia – dije mientras mi voz iba disminuyendo de tono.

Claire y yo nos sentamos en una mesa a esperar que pasara la hora del almuerzo. Al parecer la gente nos repelía, como si fuera por instinto…


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Si!! más de 2000 visitas y más de 40 seguidores!!!!!!!!! :D
Gracias gracias gracias chic@s por todo su apoyo!!!
Trataré de escribir más seguido ok?? hehe