Toc, Toc.
El ligero golpe en la puerta de la habitación sacó de sus pensamientos a la joven de cabellos color cobre.
Tenía la vista fija en un libro, pero eso no necesariamente significara que estuviera leyendo.
Intentaba leer, pero simplemente había algo en su cabeza que la dejaba concentrarse: Jacob.
Dejó caer el libro en la mesita que estaba junto al diván y se dirigió a la puerta.
Cuando la abrió estaba allí un vampiro de cabellos iguales al de ella, con una sonrisa torcida en los labios.
A veces era difícil de creer que eran padre e hija. Ambos parecían tener la misma edad, aunque había algo en los ojos de él que hacía que los años se le notaran, aunque claro, un simple humano no sería capaz de adivinarlos, es más, por puro instinto ni se acercarían.
- Alice acaba de llamar – dijo Edward – dice que no vendrá, así que más te vale que te vistas con lo que te escogió si no, te traerá de vuelta y te encerrará en el armario hasta que te pongas algo descente.
La chica abrió mucho los ojos.
- Lo dije textualmente – finalizó él.
Ella rió quedamente al imaginarse a Alice diciendo eso. Si, era muy si estilo.
Edward también rió con la imagen en la mente de Renesmee. Le dio un beso en la frente, pero antes de irse, se giró y en voz baja le dijo:
- Llegará a tiempo Renesmee, confía en él.
Ella suspiró y cerró la puerta.
- Confío en él, pero no confío en los pronósticos del clima.
Había una tormenta tropical en Hawaii. Se había pronosticado que para esas fechas, ya habría dejado a Hawaii en paz, y al aeropuerto volvería a abrir; pero una cosa es lo que esperas y otra lo que obtienes.
La tormenta no se fue, tan sólo disminuyó su fuerza; aunque no lo suficiente para que volvieran a abrir los aeropuertos.
Nessie trató de desechar ese pensamiento, ya que no quería desencajar en la celebración, aun que pensándolo bien, nunca había encajado de verdad en algún lugar.
El ser especial a veces apesta, se dijo ella misma.
Se dirigió al armario y vió un vestido de manga larga pulcramente colgado, debajo de él había unos tacones color rojo, que hacían juego con el vestido.
Sin pensárselo mucho, comenzó a vestirse.
- ¡Nessie! – la saludó alguien desde lejos mientras ella bajaba de su Volvo
Ella volteó y no pudo evitar sonreír.
Seth. La vitalidad y energía que irradiaba aquel chico la contagió y por un momento olvidó la mayoría de sus preocupaciones.
También cabe mencionar que era uno de los amigos licántropos más cercanos a su padre, el único se podría decir.
- Seth ¿Cómo estás? – preguntó ella mientras soltaba su abrazo.
- Muy bien… ehm .. ¿De casualidad no haz visto a Leah? - dijo mientras se rascaba la cabeza- Mamá está fuera de control con todo esto de la cena de Año Nuevo. Al parecer no es fácil cocinar para tantos licántropos.
La expresión preocupada de Seth hizo reír a la joven.
- Dile a Sue que no tiene por qué preocuparse. Nosotros también llevaremos algo.
Él sonrió y se despidió con un “Nos vemos en la noche”.
Vampiros, licántropos y humanos festejando Año Nuevo.
Edward le había comentado algo a Renesmee sobre cómo era la relación entre vampiros y licántropos antes de que ella naciera. Por más que se lo intentaba imaginar, no concebía en su mente esa imagen de enemistad. Siempre habían parecido tan cordiales…
Le alegraba y la hacía sentir especial que fuese ella quien creó ese lazo.
La nieve cubría las aceras como un manto blanco, haciendo que todos los colores resaltaran más y el ambiente se viera más… glamoroso.
Por suerte, la nevada de ese año había sido bastante generosa y había dejado algo más que sólo mechones mugrientos de aguanieve en las aceras.
Caminaba rumbo a la casa de Sam y Emily, ya que se había quedado de ver con Claire para ir a recoger algunos regalos a Port Angels, tomar un café y después llegar a la fiesta de Año Nuevo.
La cabaña se ve tan solitaria, pensó Renesmee al pasar frente a la casa de los Black.
Las cortinas color miel estaban semiabiertas. Ella se atrevió a echar un vistazo.
Renesmee esperó encontrar a Billy sentado en su silla de ruedas frente al televisor, o quizás platicando con Charle en el porche. Pero no había nadie, el lugar estaba intacto e incluso, un poco triste.
Comprendió perfectamente cuando Jacob le dijo que ésa podría ser la última oportunidad de Billy para poder visitar a su hija en Hawaii. Ya era abuelo y él tío.
Era feliz por ambos, y quizás un rato lejos de la fría península de Olympic les sentaría bien. Ella lo soportaría.
Pero contaba con él para Año Nuevo. Desde que tenía memoria siempre había estado allí para ser el primero a quien le diera los buenos deseos y con quien hacía competencias para ver quien se terminaba las 12 uvas primero.
Jacob siempre ganaba.
- ¡Hey! – gritó Emmett mientras pasaba con su Jeep junto a nosotras. Con la música a todo volumen.
Fue a aparcar su Jeep mientras Nessie sacaba algunos regalos de la cajuela.
- ¿Listas para celebrar? – Dijo el vampiro grandulón, con esa sonrisa traviesa mientras le ponía las manos en los hombros a Renesmee.
Ella asintió con desgano.
- ¡Oh vamos Nessie! – dijo mientras la sacudía ligeramente – te la pasarás genial. Te lo aseguro.
- Emm – lo llamó aquella voluptuosa vampira rubia que estaba parada en el umbral de la puerta.
Sé despidió con un guiño y entró a el salón que habían rentado, cerca de Port Angels.
Los Cullens hicieron una buena jugada al suponer que los licántropos no estarían a gusto en la mansión, así que buscaron un lugar más …cómodo para ambas partes.
Llega. Llega. Llega. Llega. Renesmee no podía pensar en otra cosa.
Eran las 11:30 p.my todos parecían estársela pasando my bien, festejando un nuevo comienzo.
Ella sabía que llegaría. Tenía que llegar. Ése sería el primer Año Nuevo que celebrarían juntos, como … pareja.
Las doce campanadas le dolieron a Renesmee como doce cuchilladas.
Después de brindar con su sonrisa falsa y la preocupada mirada de sus padres, salió al blanco jardín, en busca de que el aire frío le ofreciera un poco de consuelo.
Dejó en el pasto la copa donde estaban las uvas; todos y cada uno de sus deseos había sido Jacob.
Sabía bien que él no tenía la culpa de no haber llegado pero no podía dejar de sentirse… herida.
Sin pensarlo suspiró y escuchó un ruido detrás de ella.
Inmediatamente todo su cuerpo se tensó, pero no de miedo- ya que había bastantes vampiros y licántropos para protegerla- si no de curiosidad.
Avanzó un par de pasos hacia esa dirección, con los tacones hundiéndose en la nieve poco profunda.
- Feliz Año Nuevo, Nessie – dijo una voz.
Todo el aire se le escapó de los pulmones; tan sólo le qudó algo para exclamar su nombre.
- ¡Jacob!
Él le extendió los brazos y ella se lazó a su cálido pecho, mientras sentía como algunas lágrimas descontroladas se escapaban de sus ojos.
No hubo necesidad de decir nada.
En un beso, ambos supieron todo lo que no se habían podido decir.
Ella se apartó un poco de él y con una sonrisa pícara le tomó la mano y caminaron hacia el bosque, para festejar el Año Nuevo…
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Espero que les guste, no estoy muy de humor para escribir :/
Tuve un sueño que me sacó mucho de onda.
Aún así espero que le disfruten y que este día se la pasen muy bien (:
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El blog de una amiga (: (Seeh Alee, la pervertida con la que escribo/escribia "Me rindo ante tu pistola")
En los cuentos de hadas siempre hay un final, pero en la vida real, un final sólo significa un nuevo comienzo. (: