sábado, 11 de junio de 2011

Marionetas. Cap.90

El simple hecho de pensar en Jacob… muerto hacía que esa oscura y fría sensación, parecida al pánica creciera dentro de mí. Devorándome de adentro hacia fuera. Si, no era la primera vez que me lo planteaba, tenía que ser realista, pero dolía como la primera vez. O puede que incluso más , debido a que ahora no sabía que en realidad había vivido y qué había sido un espejismo.

Intenté aferrarme con todas mis fuerzas a aquellos recuerdos sólidos, como el calor de Jacob que cada vez que lo recordaba casi podía sentir su tibia piel, su aroma a los húmedos bosques.

Más lágrimas salieron de mis ojos en contra de mi voluntad.

¿Por qué no simplemente… la mataron cuando tuvieron oportunidad? Culpa. Dijo algo dentro de mí, y caí en la cuenta de que por más duro que mi padre quisiera aparentar, yo sabía que si hay algo que nuca se perdonará fue todo el sufrimiento que su “instinto” causó.

Giré hacia la cabaña y aún podía distinguir la luz desbordándose de aquellas ventanitas. Nadie de mi familia me había seguido, es lo mínimo que podrían hacer. Pero no dudé que ya estuvieran pensando en lo que podrían hacer en cuanto regresara. Es decir, si regresaba.

Carajo. Pensé. Y deseé estar lo bastante lejos de la cabaña como para que mi padre no me hubiera escuchado. Por si las dudas, comencé a correr de nuevo.

Era curioso como siempre el correr me había hecho sentir liberada e incluso, acompañada por que desde que fui lo suficientemente capaz como para correr, Jacob siempre estaba allí. Listo para cargarme si estaba cansada, darme un beso en la rodilla si alguna vez me llegaba a caer y rasparme. Dispuesto para mí.

Sentí como ese agujero negro se volvía a abrir dentro de mí, mientras sentía como mi corazón iba cediendo más y más a los dolorosos recuerdos.

A cada paso que daba, más recuerdos venían a mi mente, recuerdos de épocas donde las cosas eran más simples, menos dolorosas. Épocas donde con el simple hecho de recorrer algunos kilómetros podía tener a Jake entre mis brazos.

Y no los reprimí. Por primera vez dejé que todo el dolor, toda la frustración y tristeza salieran. Tanto tiempo los había guardado que ahora parecían nunca terminar. Sentía que me estaba hundiendo en mis propios sentimientos.

Mis piernas ardían, a causa de los rasguños y el agotamiento. Me tendí boca arriba en el suelo lleno de tierra y hojas. No podía ver más que la Luna. Una Luna gigante, blanca y reluciente. Deseé probar una pizca de aquella tranquilidad que la Luna irradiaba.

Jacob.

Todas sus caricias, el sonido de su risa, el olor de su piel, la fuerza de su abrazo y la ternura de sus besos estaban abrumándome. Todo lo que algún día me pareció sólido en incapaz de romperse, ahora se me escapaba de entre los dedos como agua, agua que me estaba ahogando.

Lo quería, y lo quería en ese momento. No tanto en un aspecto físico, aunque no podía negar que el simple hecho de volver a imaginar el roce de sus labios contra mi piel hacía que se me erizara la piel y perdiera el sueño; si no simplemente quería saber que estaba bien, que estaba… vivo.

Pasaron unos minutos y las lágrimas comenzaron a cesar. No puedo decir que ya no me dolían todos esos recuerdos, porque sabía bien que no lo dejarían de hacer hasta encontrar a Jake, pero al menos ya no sentía que me hundían. Poco a poco ese peso imaginario se fue quitando de mí, para que pudiera intentar flotar en ese mar de recuerdos.

Tenía que seguir adelante. Es lo que Jacob hubiera querido que hiciera.

Unos delgados hilos de lágrimas aún caían por mis mejillas, y podía escuchar mi corazón acelerado y mi respiración entrecortada. Me incorporé hasta quedar sentada y miré a mi alrededor.

No estaba muy segura de en donde estaba y aquellos árboles, con el reflejo de la luz de la Luna podían llegarse a ver un tanto fantasmagóricos.

Por un momento, cerré los ojos y respiré profundamente, saboreando eses olores y sonidos del bosque. Llegando a un pequeño pero preciado remanso de tranquilidad ente el caos.

- Renesmee. – escuché.

Automáticamente mis ojos se abrieron, pero de nuevo no pude ver más que la densa oscuridad, iluminada a tramos por la luz de la Luna.

Algo dentro de mí comenzó a abrirse como capullo; algo que me decía que algo no andaba bien. Un ligero sentimiento de pánico.

No estaba segura de quien había dicho mi nombre, sólo estaba segura de dos cosas: No había sido mi imaginación y podía ser peligroso.

Pero en cuanto comencé a incorporarme para ponerme de pie sentí el peso de alguien – o algo- que me derribaba y me dejaba de contra las hojas secas.

Por unos interminables segundos sentí como si el aire se escapara de mis pulmones y fuera remplazado por una sensación helada que te paralizaba.

Intenté gritar pero algo tapaba mi boca, ahogando mis gritos.

Una ricilla seca se escuchó. Una risa que me pareció familiar.

- Sabía que ibas a gritar, muñeca.

Un click sonó dentro de mi cabeza.

Abrí mi boca y con un movimiento rápido mordí la mano que tapaba mi boca. Él se quejó y quitó la mano.

- Ethan – dije en una exhalación.

Él me dedicó una de sus sonrisas maliciosas.

- Por un momento olvidé que no eres tan inofensiva como pareces. – otra risa.

- ¿Qué quieres? – dije mientras forcejeaba para liberar mi cuerpo de su peso.

Sólo mis piernas estaban libres, ya que mis brazos estaban apresados entre sus piernas. En cierto modo, estaba sentado sobre mí, con las manos apoyadas a los lados de mi cabeza.

Pasaron unos segundo y nadie dijo nada.

Atrás de él la luna seguía brillando tranquilamente, indiferente de todo lo que pasaba bajo de ella. Su luz dibujaba la silueta de Ethan, dejando en oscuridad su rostro. Pero cuando sonreía, sus dientes blancos se dibujaban entre la oscuridad. Agudicé la vista y noté que en aquellos ojos que comenzaban a ponerse anaranjados había un punto de preocupación, había algo que me quería decir.

- Tenemos que hablar – dijo por fin.

- No me digas. – dije mordazmente – que buena táctica para tener mi atención ¿eh?.

Él suspiró, al parecer ya esperaba mi sarcasmo.

- Escuché una parte de lo que pasó allá adentro. También ví lo que pasaba en tu camino hasta acá – dijo mientras que con un pulgar limpiaba los rastros de las últimas lágrimas.

Por sentido común deduje que se refería a mi pequeño… quiebre.

- ¿Me vas a besar o algo? Si va a ser así, apúrate para que me pueda ir – dije mientras lo miraba fijamente. El movimiento de su pulgar contra mi mejilla cesó.

- No, no lo haré. Capté el mensaje bastante bien la última vez – dijo, y automáticamente recordé “la última vez” y pude sentir como mis mejillas se enrojecían – Y ¿a dónde pretendes ir? No sabes la siguiente pista.

Carajo. Tenía razón.

- Sea lo que sea, dímelo ya. No sé si te acuerdas, pero la última vez que nos vimos descubrí algunas cosas nos muy gratas sobre ti. No tengo nada que hacer contigo – dije.

- Está bien – dijo suspirando – Tengo que admitir que no he sido muy honesto contigo pero…

- ¿Enserio? – lo interrumpí sarcásticamente – y yo que pensaba que nuestra relación era tan clara como el agua.

- ¿Me vas a dejar hablar o no? – dijo un tanto irritado.

Me quedé callada.

- Lo primero que quiero decirte, más bien hacerte dar cuenta, es que no estás haciendo otra cosa si no seguir el juego de Katherine. – dijo – Esto es lo que ella quiere Renesmee. Quiere que te derrumbes, que odies a tu familia, a tus amigos, a mí. Quiere que desconfíes de todos. Porque si te hiere a ti, hiere a Edward. Y eso, es lo único que quiere. No se lo des.

No, no podía ser cierto. Yo actué de la forma que actué porque así lo sentí, no porque Katherine me lo hubiera dicho.

- Pero te forzó a sentir eso. – dijo y supuse que se lo había dicho mentalmente por accidente - Divide y vencerás - dijo, mientras me giñaba el ojo.

Me sentía como una completa imbécil.

Había dado todo por ir contra corriente de Katherine, para al final sólo darme cuenta que estaba haciendo todo exactamente como ella lo había planeado para mí.

Sentía las lágrimas venir; esa picazón que te avisa que estás apunto de llorar. Y lo peor es que no eran lágrimas de tristeza, como tantas ya había derramado, si no eran unas lágrimas que ardían aún más: lágrimas de coraje.

Comenzaron a salir algunas.

Tantas veces me había sentido la protagonista de la retorcida historia de Katherine para al final darme cuenta de que no había protagonistas, simplemente algunas marionetas que utilizaba para dañar a otros. Yo era una de esas marionetas.

Y allí estaba, bajo Ethan llorando como una tonta por todos mis errores. No era la primera vez que él me veía llorar, pero para mí fue la más vergonzosa por que la causante de esas lágrimas había sido yo misma, mi estupidez.

- No llores. – dijo Ethan mientras que con una infinita ternura limpiaba mis lágrimas – Eres demasiado bonita como para llorar.

Esto último me hizo soltar una risa cansada.

- Cuando quieres, tienes un lado que me gusta. – dije, aún con la voz un poco rasposa.

Ahora fue él el que rió.

- Me amas, admítelo – dijo y esa sonrisa pícara y arrogante volvió a relucir. Su firma.

- Tanto como a un hermano – respondí y tengo que admitir, él siempre encontraba un modo de distraerme. – ¿Me devuelves mis brazos? – dije mientras miraba que él seguía sentado en mí.

Su sonrisa desapareció

Todavía falta algo que quiero decirte – su cara era inescrutable – Hablo en serio Renesmee, y quiero que me escuches.

Guardé silencio.

Inhaló profundamente y pude notar ese brillo de inquietud en sus ojos. Después soltó:

- Creo que Julie está viva. Y creo que está con Katherine.


-----------*

Si, tienen derecho a odiarme. Pero en lo personal diría que no me quedó tan mal este cap.

Respuestas a las preguntas formuladas por Anónimo en los comentarios del cap. Anterior:

1. ¿el hijo de katherine era hijo de edward?
2. si nessie puede quitar el escudo mental de bella, ¿por que no lo hizo con ese recuerdo?. ella puede hacerlo incluso sin querer...
3. ¿por que jake no se convierte en hombre lobo para librarse de katherine?


Respuestas:

1. No, era de Katherine y alguien más. Ella ya no había tenido cuando Edward la mordió.

2. No lo puede quitar, sólo lo puede sentir si se concentra en sentirlo. Y aunque lo pudiera quitar, no podría por que hasta el cap. anterior, no sabía que estaba allí.

3. Por una razón que descubrirán en unos cuantos capítulos más.


Si tienen preguntas como estas no duden dejarlas en comentarios, que yo las responderé acá o el la pag. oficial en Facebook. (:


No

-