domingo, 14 de noviembre de 2010

Team Jacob. Cap. 81

Sentía haber dormido durante una eternidad.
Aún quedaban en mí algunos resquicios de aquel sopor, el cual parecía borrar todo rastro de dolor y cansancio.
No quería despertar, quizás todo dolería menos así.
Decidí ocupar esos momentos de “tranquilidad” dentro de mi mente para poder pensar un poco en las cosas, ya que sabía que al despertar todo volvería al caos.
No estaba enojada con Ethan, no tenía verdaderos motivos. ¿Qué si él había hecho que aquella estúpida pelinegra huyera? Si, pero probablemente igual hubiera huído con o sin la presencia de Ethan; la única diferencia era que al menos yo no había salido lastimada… físicamente hablando.
Estaba decidida a no darme por vencida. Jacob querría que no me diera por vencida. Un punto de dolor apareción en burbuja de sopor, con la amenaza de romperla, pero la ignoré.
Quería a Ethan, y estaba consciente de que él actuaba por el puro impulso de cuidarme, pero no iba a permitir que ese instinto sobreprotector me separara de mi razón de vivir.
A pesar de que el sol no me calentaba mucho – debido a mi temperatura corporal-, sentía cómo los rayos de sol provenientes de alguna parte me acariciaban suavemente la cara, invitándome a despertar.
Abrí perezosamente los ojos y la posición del sol me desconcertó: estaba a la mitad del cielo, un poco orientado hacia el Oeste. ¿Cuánto tiempo había dormido?
Miré a mi alrededor y todo me resultaba completamente extraño. NO digo que la cabaña que habámos rentado junto al lago me fuera extremadamente familiar pero ya había memorizado algunas características: El suelo de madera, las cortinas de gasa y seda color hueso, los peuqeños muebles hechos de madera, el gran tragaluz en la entrada.
Aquí era un tanto distinto, me hacía sentir vulnerable. El piso era de una loseta color caramelo, las cortinas tenían unos decorados bordados color amarillo, las sábanas de aquella cama eran delgadas y de un color verde claro, como el pasto en primavera.
Bajé con rapidez los pies al suelo y accidentalmente volqué algo de la mesita de noche.
Antes de que ese líquido rojizo se extendiera más por aquella mesa, levanté el vaso.
Aún quedaba más e la mitad.
No necesitaba probarlo con saber que era; tenía ese peculiar aroma archivado en mi mente desde antes de nacer: Sangre.
- Buenos días… o tardes debería de decir. –dijo una voz que provenía de la puerta. Ethan estaba recargado en el marco de la puerta, con las manos hundidas en los bolsillos del pantalón. Sonriendo con esa arrogante sonrisa que ya tanto extrañaba- ¿Terminaste de invernar?.
Le sonreí de vuelta, sinceramente.
Él se acercó y se sentó al borde de la mullida cama. Llevaba otra ropa y sus ojos se veían más claros. Intenté no imaginármelo mordiendo a jóvenes francesas…
El aroma de la sangre quedó flotando en al ambiente y mi estómago rugió levemente.
Me giré y ví el vaso de sangre, tentándome a ser probado… esperaba que fuera sangre animal, ya que en el radio de no 50 km no había ningún hospital para robar algunas bolsas de sangre humana… y tampoco quería pensar en Ethan desangrando a un humano para después vertirlo en un vaso… Un escalofrío me recorrió.
- Es sangre animal – dijo adivinando mis pensamientos – y está calentada a temperatura corporal.
Me guiñó el ojo.
- Eres increíble- le dije en tono de burla, para después de darle un sorbo al vaso.
Noté que curiosamente que en cuanto él entró a la habitación, esa sensación de vulnerabilidad se había ido de mi pecho y un dulce y tibio alivio se extendía por mi cuerpo.
- ¿Dónde estamos? – pregunté mientras bebía las últimas gotas de sangre.
Vaya, sí que tenía hambre.
- Verás, cuando te estabas quedando dormida, ví algunos de tus pensamientos y hubo en especial uno que me llamó la atención: La inevitable visita de tus padres, y por lo que ví … no estarían muy contentos ¿cierto?.
Hice una mueca.
- Lo sé, eres todo una rebelde – dijo en tono de burla – así que decidí que era hora de mudarnos.
El tono en que lo dijo me hizo pensar que la última frase ya la había dicho antes, quizás en su vida humana, quizás a Julie…
- No te preocupes – dijo antes de que pudiera decir algo – traje las cosas de tu … novio también.
Por dentro me sentí un poco triste porque sabía que a pesar de todo este tiempo, a Ethan le seguía doliendo que mi corazón perteneciera a alguien más.
- Gracias – le dije mentalmente mientras ponía mi mano sobre la suya. Él me sonrió con una ligera tristeza. – Veo que haz tomado algo – dije, intentando cambiar la conversación.
- Jum… si – dijo mientras hacía una mueca de desagrado- intenté con la sangre animal… no fue tan malo como pensaba pero no tan buena como la humana. – dijo mientras se encogía de hombros.
- Dímelo a mí. – estaba consciente de que no era justo matar humanos, y era por eso que tomaba sangre animal, pero no podía negar lo bien que sabía la sangre humana.

Para cuando salí de bañarme, el sol se estaba poniendo. Deberían de haber sido alrededor de las 7 de la tarde.
Hurgué entre mis ropas y encontré que entre todas las camisetas estaba una playera de Jacob; simple, color azul cielo. Me mordí el labio inferior mientras me debatía entre volverla a enterrar en el montón de ropa o usarla. Al final me decidí por esta última opción.
Salí del cuarto e Ethan –que estaba haciendo zapping en el televisor- y se quedó mirando fijamente la playera de Jacob, mientras sentía un pequeño incendio en mis mejillas.
Sentía como si tuviera puesto el jersey un equipo de futbol… con un delicioso aroma incluido.
Hubo un silencio incómodo y luego Ethan dijo:
- Y ahora … ¿Qué?.
Su pregunta me tomó desprevenida.
- ¿Qué de qué? – dije.
Él sonrió ante mi muy cliché juego de palabras.
- ¿No vas a ir corriendo detrás de tu príncipe moreno? – n su voz había un dejo de burla, pero no con tono ofensivo – Al parecer sólo te faltan esas rayitas en las mejillas, estilo jugador de futbol americano.
Me hubiera encantado responderle con una buena dosis de sarcasmo, pero su disposición para seguir con este retorcido juego me sorprendió. Incluso ya había preparado el discurso que le planeaba decir cuando se negara a dejarme ir para encontrar a Jake. Algo muy entro de mí me decía que su buena disposición tenía un sentido oculto, pero no pude hallar ninguno en ese momento.
- B-bueno, pues – comencé a decir, aunque la sorpresa seguía haciendo que mis pensamientos chocaran estruendosamente- estaba pensando regresar al parque Fevent. Ya sabes, en caso de que halla olvidado algo…
Lo meditó unos minutos mientras hacía girar rápidamente el control del televisor entre sus blancos dedos. Me regañé a mí misma por tener que esperar su autorización, pero ya tenía suficientes problemas por el momento así que me quedé callada.
Asintió una vez y se paró del sofá.
Se acercó a la mesa que estaba cerca de la puerta de entrada para recoger unas llaves –enseguida adiviné de qué eran- pero yo las tomé primero.
Me miró un poco sorprendido y luego dije:
- Yo manejo - mientras hacía tintinear las llaves en mi mano.
Me lanzó una teatral mirada herida y luego me despeinó un poco.
El hermoso Mustang* ya nos estaba esperando fuera de aquella cabaña de dos pisos, la cual con esa fachada de tablas amarillas me resultaba vagamente familiar… quizás porque se asemejaba un poco a las pequeñas cabañas de La Push.
El conducir resultó un tanto… reconfortante. Al menos, me ayudó a no pensar mucho lo que estaba haciendo; aunque no podía negar que dentro de mí todavía sentía esas mariposillas en el estomago… a pesar de no saber si significaban algo bueno o algo malo, me infundieron un poco de esperanza.
Aunque también estaba el tema de mi familia.
Lo había querido evitar mucho tiempo pero ya no podía cerrar más los ojos. Ellos se acercaban a pasos agigantados a nosotros; sabía que no se darían por vencidos.
Pero tampoco podía permitir que se involucraran en esto; si sólo con Ethan esa pelinegra se había puesto histérica, no quería ni pensar que pasaría si se enfrentara con otros 8 vampiros…
Un escalofrío me recorrío por la columna y apreté más las manos al volante al escuchar el eco de su voz : Esto fue sólo una pequeña prueba para ver si tu eras tan inteligente y perspicaz como tu madre…
El auto dio un bandazo hacia el frente y amenazó con que el motor se apagase. Pestañeé un par de veces y cambié la velocidad correctamente.
Ethan me miro con ojos preocupados.
Ella conocía a mi familia, la había estado vigilando; incluso mucho antes de que yo naciera…
Al parecer esto era personal; tenía un saldo pendiente con la familia Cullen.
Pero ¿por qué yo?, no es que le desea esto a alguien más de mi familia pero bueno, al menos ellos son vampiros completos…
Eso es, me dije repentinamente, soy el eslabón más frágil de la familia; soy la forma más rápida y fácil de herir a los Cullen; soy un pase directo a su venganza…
No sabía si llorar de coraje o de tristeza. Me gustaría pensar que siempre supe que ser semihumana me traería problemas, pero la verdad es que no era así. Mi madre me había dicho que estaba bien ser como era.. y le creí. No la estoy culpando a ella pues estoy segura de que ella también lo creía asi…
Estaba enojada conmigo misma por ser tan débil.
Con un chirrido de llantas aparcamos en el viejo y descuidado estacionamiento del parque Fevent.
La última vez que había estado allí había sido a oscuras, salvo por la luz de la luna tenuamente iluminando todo; pero ahora en el atardecer, se veía el verdadero esplendor de aquel parque.
Las esculturas adquirían un matiz casi real cuando la luz naranja les daba de costado, y por entre los árboles secos, se filtraba como rendijas la luz.
Comencé a caminar, con Ethan junto de mí y por unos minutos en silencio hasta que algo captó su atención y comenzó a caminar unos pasos por delante de mí.
Inhalé profundamente, con la intención de hallar el rastro de aquella chica. Tuve que hacerlo un par de veces para captar un ligero olor. Pero bueno, sido guardia de los Voulturi, Ethan tenía que estar entrenado ¿cierto?.
Casi tenía que correr para poder seguirlo y aunque él de vez en cuando me lanzaba miradas – como para comprobar que siguiera allí – iba al menos 100 metros lejos de mí.
Pasamos por una parte que yo desconocía, la cual se notaba que en sus buenos tiempos había sido un laberinto para niños; ahora ya sólo quedaban ramas secas y retorcidas; ennegrecidas por el tiempo y el clima. Bruscamente, él se detuvo. Me acerqué y miré por encima de su hombro y localicé allá en el fondo, una cajita de madera negra.
Era sencilla, sin decorativos ni nada parecido, sólo una nota en la tapa.
Podía jurar que esa nota tenía mi nombre. Avancé un par de pasos para tomarla, pero el brazo de Ethan me detuvo…




---------------!!!

Me gustó el título :) Ja, quizás no es tan profundo pero queda con lo de la camiseta ¿cierto? ;)
Comenten y si paseen el link a sus amigas ;) Ja
Las/os quiero! :D

*No estoy segura si era un Mustang u otro coche; el archivo donde tengo los otros caps está en la otra compu :/ asi que no pude checar. 

Make your heart drop and come alive
Five minutes to midnight – Boys Like Girls

sábado, 6 de noviembre de 2010

Siempre te cuidaré. Cap.80


Sentía el corazón detrás de mis oídos, retumbando.
Bajé la vista hacia el folleto, y cuando la volví a alzar … allí estaba ella.
Una extraña y fría sensación me recorrió al verla de nuevo. A pesar de tener un desgastado vestido rojo, seguía viéndose tan etérea, con esa belleza que sólo los inmortales poseen.
A pesar de que estaba bastante lejos, podía notar – y sentir – esa feroz mirada que me atravesaba por completo.
Se moviío tan rápido que por un momento si silueta se vió borrosa, y en menos de un latido, ya estaba frente a mí, eso si , siemore guardadno cierta distancia.
No pude evitar que mi instinto vampírico emergiera y mi cuerpo se tensara, listo para atacar. Y aunque debía de admitir que de las cosas que más quería era arrancarle la cabeza a esa tipa que me arrebató a Jacob, sabía que si lo hacía, nunca lo encontraría.
El sólo volver a pensar en Jacob hizo que esa fría y oscura sensación me invadiera de nuevo.
Estaba conciente de que aquella chica me seguía observado fijamente, pero aún así intenté olfatear el aire discretamente, tratando de identificar si el aroma de Jacob estaba cerca.
Sólo olí lluvia, tierra mojada y hojas secas.
Aquella chica lanzó una risilla divertida.
La miré fijamente y noté un brillo de malicia en sus ojos.
Reuní algo de mi valor y me atreví a hablar:
- Jacob, ¿Dondé está? –mis manos se convirtieron en puños para evitar que mi voz se quebrara – Ya jugué tu estúpido juego; devuélvelo.
Ella enarcó una ceja.
- Vaya, vaya, vaya. Creo que tratas demasiado ser una chica ruda ¿eh? – dijo mientras alargaba si delgado dedo para tocarme la barbilla. Me limité a desviar el rostro – Pero lamento informarte linda, que estás rota; rota por dentro. Y no te queda esa pose de chica ruda.
- No estoy intentando ser una chica ruda – dije mientras ignoraba la terrible verdad de que estaba rota por dentro – sólo lo quiero devuelta. Ahora.
Estaba conciente de que a cada segundo ese capullo de pánico se iba abriendo en mi pecho, pero no podía dejar que ella se diera cuenta.
Sentía como si cada segundo que pasara fuera un eternidad que me alejaba cada vez más de Jacob.
Esa estúpida sonrisa no se borraba del bello rostro de la joven; definitivamente esata disfrutando del momento.
A estas alturas no me interesaba por qué lo hacía, sólo quería a Jacob sano y salvo, junto a mí.
- Lamentablemente, para ti claro está , - dijo mientras comenzaba a caminar hacia el Sur del parque. Sin pensarlo la seguí – este juego no ha terminado Renesmee.
Sentí como si me sacaran todo el aire de los pulmones de un solo golpe; quería decir algo, protestar, pero no podía podía articular ni una sola oración coherente.
- Esto fue sólo una pequeña prueba para ver si tu eras tan inteligente y perspicaz como tu madre. La cual me sorprendió mucho ¿sabes? Era bastante más despierta que los demás de su … especie.
Enredados pensamientos y confusas preguntas comenzaron a nublar mi mente.
- Tu … ¿conoces a mi madre? – dije con un hilo de voz, temiendo que no sólo ahora Jacob estuviera en peligro.
- ¡Oh claro! – dijo mientras pretendía estar aburrida con esa pregunta al parecer tan obvia- Cuando era humana y ahora que ya es un hermosa inmortal… pero ese no es el caso Renesmee. El caso es que vas a seguir jugando MI juego. Te guste o no; lo harás por ÉL.
Tomé una gran bocanada de aire, tratando de manejar el pánico y las lágrimas.
Genial Renesmee, me dije, ahora tienes dos fichas que mover en este estúpido juego.
No podía permitir que mi madre también se viera involucrada en esto. Aunque sabía que seguramente no tardarían más de 48 horas en encontrarme, tenía que alejarme, para salvarlos. No necesitábamos más víctimas en este retorcido juego. La única solución: huir de mi familia.
- ¿Trajiste a alguien? – el repentino cambio de tono de voz de aquella joven me sacó de mis pensamientos.
Levanté la vista y ella miraban cautelosa a su alrededor, incluso podría decir que con un poco de recelo.
Agudicé el oído y escuché cómo unas hojas secas se rompían por el peso de alguien.
Mi corazón comenzó a latir frenéticamente y nuevamente mis sentidos se agudizaron.
Si yo no había traído un acompañante y ella tampoco eso significaba que…
¿Sería que los Voulturis querían que su pequeña prófuga –osea yo- se mantivuera callada…para siempre? Ellos no estaban acostumbrados a perder ¿O quizás había más vampiros no-amigables en la zona?.
Cualquiera de las posibilidades que había pensado no era demasiado alentadora.
Por el rabillo del ojos noté como los músculos de aquella chica se tensaban, lista para huir; y con ella la posibilidad de tener de vuelta a Jacob. Estaba conciente de que lo que estaba a punto de hacer no era más que una locura, pero bueno unas cuantas locuras y estupideces no creo que cambiaran mucho mi historial…
Con un movimiento rápido me lancé sobre la chica de cabellos negros, no pretendía atacarla, simplemente derribarla para evitar que escapara.
Caímos al suelo de piedra, yo quedando encima de ella. Como era de esperarse, ella no lo tomó bien.
Con un siseó me quitó sobre ella, mientras salió rodando por el suelo. Rápidamente se puso en posición de ataque y a mí sólo me dio el tiempo suficiente para rodar de ese lugar y evitar que me cayera encima. Intentaba levantarme cuando sentí su fría mano alrededor de mi tobillo. Solté un grito ahogado que se vió opacado por un rugido gutural de su parte. Me jaló del tobillo haciéndome caer de boca y puedo jurar que escuché tronar un hueso de mi muñeca. Eso sin mencionar que me mordí la lengua.
Me giré lo más rápido que pude sin apoyar mi muñeca lastimada y ví que ella ya estaba parada¸ mirándome desafiante desde arriba, mientras de su pecho salía un ligero gruñido.
Noté que sus ojos eran de un roja más claro y comprendí el porqué de su fuerza; por alguna razón un escalofrío me recorrió la columna.
Un borrón pálido pasó rápidamente entre nosotras y derrumbó a aquella chica pelinegra. Sólo se escuchó un ligero grito de sorpresa.
Me incorporé como pude un tive que pestañear un par de veces para reconocer a quien estaba sometiendo a aquella vampira.
- ¿Ethan? – su nombre salió de mis labios, no si ese tono de sorpresa.
- No es por ofenderte, pero me gustaría que dejaras a un lado ese papel de “damisela en peligro debido a su necedad” – en su voz se escuchaba un poco de esfuerzo.
- Déjala – dije en un susurro.
Él me volteó a ver como si estuviera loca.
- Por favor Ethan – aunque estaba hablando en susurros se notó la desesperación en mi voz. Sabía que si la mataba nunca podría encontrar a Jacob.
Me hizo una mueca de decepción y la soltó. Enseguida tomó lugar frente a mí, como un escudo.
Ella se levantó despeinada y maltrecha, en medio de siseos.
- Lo conoces – obviamente no era una pregunta, y la indignación estaba bien clara en su voz- Sabías que no debías de traer a nadie más – casi me gritó.
- Tu .. no – comencé a decir.
- Si no mal recuerdo escribí “Juega” no “jueguen” ¿comprendes? Al parecer tu medio cererbro no funciona tan bién como pensaba, fenómeno. –todas y cada unas de sus palabras estaba impregnadas de veneno.
- Hey … - dijo en tono amenazador Ethan.
Ella se limitó a sisearle y enseñar los colmillos.
- Si no eres capaz de seguir las reglas quiere decir que no lo amas lo suficiente como para salvarlo…
- No y.. –comencé a decir, pero me volvió a interrumpir.
- Müller – dijo en un susurró.
Por un segundo nada se escuchó y no comprendí nada, pero un latido después, un grito desgarrador rompió el silencio de la noche.
No pude pensar en más que una cosa: Jacob.
Lo reconocería incluso dormida.
Hasta ese día no había conocido lo que en realidad era el miedo. No había conocído esa fría sensación que te hiela hasta los huesos y hasta que te paralices, que tu mente comienze a quebrase en pedazos y a caer, para hacerse añicos. Nunca habaía conocido el VERDADERO miedp de perder a alguien.
Miré a aquella joven y a pesar de tener una cortadura en la mejilla sonreía diabólicamente, disfrutando de mi dolor.
Todos los sonidos del mundo se apagaron y lo único que podía escuchar era auqellos gritos incesantes de dolor.
¡Déjalo!, quería gritar, pero parecía estar encerrada en un mundo donde todo se movía perezosamente, excepto mi frenético corazón y aquella fría sensación que iba desplazándose por mi cuerpo.
No quería imaginar que le estaba sucediendo a Jacob. Nunca lo había escuchado gritar así, nisiquera cuando Paul le dislocó el hombro accidentalmente.
Era un grito tras otro, cada uno como una cuchillada directo a mi corazón.
No comprendí lo que estaba pasando hasta que las manos de Ethan sujetaban mi rostro con fuerza y me obligaban a mirarlo a los ojos.
Todo pasó muy rápido, como si después de ese estupor todo hubiera marchado en cámara rápida.
Lágrimas nublaban mis ojos, mientras estiraba los brazos tratando de alcanzar a esa chica pelinegra; Ethan me sujetaba muy fuerte, no sabía si para protegerla a ella o para protegerme de mí misma; de mi pecho salía ese retumbante gruñido amenazador…
Él me dio la vuelta, sin soltarme, y me tomó el rostro; esa muda súplica en sus ojos me desbarató, y quedé como una muñeca de trapo, mientras me caía a pedazos por dentro.
Pero no, no me iba a rendir de nuevo por Jacob. No debía abandonarlo en manos de esa psicópata.
Ethan me arrastró lejos de allí, mientras mis desesperados gritos llamando a Jacob se iban apagando.
- ¿Porqué Ethan? – sollocé.
- Es sólo una loca – dijo.
- ¡No Ethan! ¡¿Por qué apareciste?! - le grité con las mejillas perladas de lagrimas- Yo me las había podido arreglar sola. Ahora sólo estoy aún más lejos de encontrarlo.
Hizo un gesto de dolor, pero a pesar de eso, me miró a los ojos cuando me respondió:
- Ya sé que todo tu estúpido mundo gira entorno de él Renesmee, pero no me lo tienes que restregar en la cara ¿sabes?- en su voz estaba más que clara esa amarga nota de dolor-. Lo único que hago es salvarte una y otra vez de ti misma, pero al parecer tienes muy arraigada esa cualidad de masoquista; supomgo que nunca podrás cambiar, nisiquiera cuando te estas derrubando , como ahora.- Comenzó a caminar al lado opuesto donde to estaba, como si lo repeliera- Si quieres que me vaya esta bien, sólo pidelo; pero te recuerdo que te necesito tanto como tú amí, aunque lo quieras negar. Pero si en verdad lo que deseas es quedarte solo de nuevo, sólo pídelo.
Me miró durante unos segundos, segundo en los cuales yo me limité a llorar en silencio y temblar ligeramente, incapaz de articular o pensar algo.
Ethan, siempre había sido sinsero conmigo, pero esa era lo más duro que me había dicho hasta el momentos y lo que más me dolía, es que todo lo que había dicho era la pura verdad.
Suspiró comenzó a alejarse de mí, con la intención de perderse en la oscuridad. Non no lo podía perder, no de nuevo. Tambaleando me levante y seguí su tenue olor a menta, hasta que le dí alcance.
- Ethan – fue todo lo que atiné a decir antes de lanzarme a sus brazos y coemnzar a llorar.
Él con gusto me recibió con los brazos abiertos.
- Sabes que te amo, y sé que me amas, no exactamente como yo quisiera pero … es suficiente para mí. – susurró contra mi cabello – Y sé que siempre serás esa chiquilla terca y curiosa que siempre conocí. No vas a cambiar y no te voy a tratar de cambiar; y siempre ¿Lo escuchaste? Siempre estaré allí para ti…
Después de eso, me dediqué a berrear entre sus brazos y mojarle todo el pecho de la chaqueta…




----------*
“A veces se hacen locuras por amor, Meg”
-Hércules


¿Mucho rollo por parte de Ethan? Lo sé, pero hay tantas cosas que él necesitaba decirle… para reforzar esa unión… pfft ustedes saben ;) Ja
-Aviso para las chicas que siguien nuestro FanFic (Ale y mio): Alee ha conseguido un trabajo!! (Lo sé, al fin traerá dinero a la casa y podremo dejar de trabajar en las esquinas :D) Ja así que será un POCO mas difícil subir el cap. NO LO ABANDONAREMOS, sólo les avisamos para que no digan que nos olvidamos de ustedes ¬¬

Buenoooo dejen sus comentarios 
Las quiero

P.D: Pasen a ver el blog de Majoo! Los Restos de mi Vida